El fabricante desmonta los informes técnicos del Ayuntamiento sobre el hostel ilegal del Parque de las Avenidas

Documento del proveedor de los sistemas del Hostel del Parque de las Avenidas

Una certificación revela que los aparatos de climatización del Velvet Hostel superan el caudal permitido por la ordenanza municipal, lo que implicaría incumplimiento de la normativa medioambiental.

El conflicto vecinal en el Parque de las Avenidas suma un nuevo episodio que podría tener consecuencias legales. Una certificación del fabricante de los equipos de climatización instalados en el Velvet Hostel —establecimiento abierto sin licencia en la Avenida de Baviera, 9— desmiente los informes técnicos emitidos por el Ayuntamiento de Madrid y por la Entidad Colaboradora Urbanística (ECU) que avalaban la legalidad de la instalación.

Los técnicos municipales habían afirmado que los aparatos de climatización “mueven un caudal inferior a 1 m³ por segundo”, lo que, según la Ordenanza de Calidad del Aire y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Madrid, permite instalarlos a una distancia mínima de dos metros de las ventanas de viviendas colindantes.

Sin embargo, el fabricante ha certificado por escrito que los equipos en cuestión alcanzan un caudal real de 4.200 m³ por hora, lo que equivale a 1,167 m³ por segundo. Ese dato, aparentemente técnico, cambia por completo el escenario: al superar el umbral de 1 m³/s, la distancia mínima obligatoria pasa a ser de 7,5 metros. En la práctica, esto significaría que la instalación del hostel vulnería la normativa ambiental y urbanística vigente.

Posibles responsabilidades por informes erróneos

Según han confirmado fuentes vecinales, ya se está valorando la posible responsabilidad de los técnicos y entidades que firmaron informes con datos erróneos, ahora contradichos por la documentación oficial del fabricante. “Si se demuestra que el Ayuntamiento basó su evaluación en un caudal incorrecto, habría que determinar si hubo negligencia o un intento de justificar la actividad del hostel”, apunta uno de los representantes vecinales.

Cartel de la convocatoria de concentración de los vecinos del Parque de las Avenidas

Este nuevo elemento se suma a la larga lista de irregularidades denunciadas por los residentes del barrio, que desde hace semanas mantienen protestas y caceroladas frente al local para exigir su cierre inmediato. Los vecinos aseguran que el establecimiento sigue operando sin licencia, pese a los anuncios públicos del delegado de Urbanismo, Borja Carabante, y del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, quienes el pasado 29 de septiembre confirmaron la orden de cese de actividad.

Un historial de incumplimientos

El Velvet Hostel fue abierto a finales de septiembre por el empresario Mohamed Ibrahim, conocido por gestionar otros hostels en Madrid, como Velvet Vallecas y Velvet Pacífico. El primero fue clausurado tras denuncias por hacinamiento y presunta utilización como centro de acogida encubierto. En 2022, otro de sus establecimientos fue cerrado por la Policía tras hallar a 19 personas hacinadas, y el propio Ibrahim fue investigado por un caso de presunta trata de personas, todavía abierto.

En el caso del Parque de las Avenidas, los vecinos denuncian que la transformación de tres locales —antes ocupados por un centro de salud— en un alojamiento turístico se ha hecho sin respetar los estatutos vecinales, las normas urbanísticas y las condiciones acústicas exigidas por la ley. Aseguran que los ruidos de los climatizadores, duchas y literas metálicas son “constantes e insoportables” durante las 24 horas del día.

Cronología de un error administrativo

El origen del conflicto se remonta al 2 de septiembre, cuando la Agencia de Actividades del Ayuntamiento emitió una resolución favorable para la licencia del hostel antes de que concluyera el plazo de alegaciones vecinales. Días después, el 9 de septiembre, el propio Ayuntamiento revocó esa resolución por irregularidades formales y reconoció que el documento “no surtió efectos jurídicos”.

Pese a ello, el promotor mantiene abierto el negocio.

El Ayuntamiento aseguró que el proceso seguía “los plazos legales”, con un periodo de notificación de diez días hábiles y otros diez de audiencia para el empresario. Mientras tanto, el hostel sigue operativo y los vecinos afirman que “la ley se está aplicando con dos varas de medir”.

El barrio no se rinde

En paralelo, los residentes han presentado medidas cautelares ante la Agencia de Actividades, recursos judiciales y denuncias ante la Fiscalía y el Defensor del Pueblo, mientras organizan nuevas movilizaciones para las próximas semanas.


“Esto no es Gran Vía ni Malasaña. Aquí no hay turistas. Hay familias, mayores y niños que merecen descansar”, recuerda una vecina que participa en las protestas.

Con la nueva certificación del fabricante sobre la mesa, los vecinos esperan que el Ayuntamiento rectifique los informes previos y ordene el cierre inmediato del establecimiento, que ya acumula denuncias por ruido, alteración de fachada, exceso de aforo e incumplimiento de las distancias exigidas por la normativa de calidad del aire.