Parón económico mundial

España resiste el parón económico mundial, pero muestra síntomas de enfriamiento

Economía - pch.vector

La economía mundial se desacelera en 2025 por la tensión arancelaria, mientras España mantiene su dinamismo con señales de enfriamiento incipiente

La economía mundial se enfrenta en 2025 a un panorama cada vez más incierto, con previsiones de crecimiento a la baja, tensiones arancelarias persistentes y una inflación todavía latente. A pesar de ello, España mantiene un crecimiento relativamente sólido, aunque empiezan a aparecer signos claros de desaceleración tanto en el consumo como en la inversión y el empleo.

La OCDE y el Banco de España han rebajado sus previsiones de crecimiento para España al 2,4%, en línea con la media europea pero muy por debajo del dinamismo que mostró en ejercicios anteriores. Las causas principales: el impacto de la guerra arancelaria entre China y Estados Unidos, el aumento de costes de producción, y un entorno internacional marcado por la fragilidad de la demanda global.

En el ámbito laboral, la afiliación a la Seguridad Social alcanzó en mayo un máximo histórico de 21,8 millones de personas, pero su ritmo de crecimiento interanual se ha ralentizado hasta el 2,2%. La hostelería sigue siendo el motor del empleo, pero también empieza a dar señales de fatiga, con un menor dinamismo en comparación con meses previos.

El consumo privado, que había tirado de la economía en 2024, muestra ahora un crecimiento moderado, afectado por la pérdida de confianza de los hogares y por un mercado laboral más contenido. Sin embargo, la inflación contenida (2,0% en mayo) y el descenso de tipos de interés podrían actuar como factores compensatorios en los próximos meses.

En términos empresariales, el contexto es mixto. La cifra de negocios empresarial crece un 5,5% interanual en marzo, pero las grandes empresas han reducido su ritmo de ventas en abril, sobre todo por el menor dinamismo del mercado doméstico. La confianza empresarial también muestra una tendencia descendente, con el índice PMI compuesto cayendo a 51,4 en mayo.

El panorama fiscal presenta luces y sombras. El Estado no ha logrado reducir su déficit hasta abril debido al dinamismo del gasto público, aunque los ingresos tributarios sorprenden por su fortaleza, con subidas destacadas en el IRPF y el Impuesto sobre Sociedades.

Mientras tanto, el precio del petróleo sigue bajando, situándose en su nivel más bajo desde 2021, lo que está ayudando a moderar los precios energéticos en España. A pesar de la incertidumbre internacional, las exportaciones españolas se mantienen firmes, aunque el déficit comercial ha aumentado por la fuerte subida de las importaciones.

En resumen, aunque España continúa mostrando un mejor comportamiento económico que la mayoría de sus vecinos europeos, el segundo trimestre de 2025 podría marcar el inicio de una fase de enfriamiento. El mantenimiento de este equilibrio dependerá de cómo evolucionen los conflictos comerciales y geopolíticos, así como de la capacidad interna para reactivar la inversión y el consumo sin dejar de atender los retos estructurales señalados por la Comisión Europea.