España presume de PIB, pero las familias consumen menos

Mujer comprando en un supermercado - Foto de 123rf/dolgachov

El PIB avanza un 1,3 % en términos reales, pero el consumo individual efectivo per cápita retrocede. Un crecimiento que no llega a los hogares.

El Gobierno saca pecho del crecimiento económico del primer semestre de 2025, pero las cifras esconden un contraste incómodo: mientras el PIB nominal sube un 2,7 % y el real un 1,3 %, el consumo real por habitante cae un 1,4 %. España produce más, sí, pero las familias gastan menos. La paradoja revela un espejismo estadístico: la economía avanza en papel, mientras el bolsillo de los hogares sigue encogido.

¿Qué dicen los números oficiales?

Según datos de Eurostat y el Banco de España, el PIB nominal español avanzó un 2,7 % en la primera mitad del año. Descontada la inflación, el crecimiento real se situaría en un 1,3 %. Incluso el PIB per cápita apenas mejoró un 0,4 %, lo que en la práctica equivale a unos 60 euros más por persona en seis meses.

El dato que marca la diferencia: el consumo real

El indicador más ligado al bienestar es el Consumo Individual Efectivo, que mide los bienes y servicios que realmente disfrutan los hogares, incluyendo prestaciones públicas como sanidad y educación. En este terreno, España retrocedió un 1,4 % en los seis primeros meses del año. Dicho de otro modo: la capacidad real de consumo se encoge.

“El PIB crece, pero la vida cotidiana de las familias no mejora en la misma medida”, resumen desde Funcas, que señala que entre 2019 y 2025 el consumo per cápita real apenas ha subido un 0,2 %, frente al 1,4 % de la media europea.

¿Por qué las familias gastan menos?

La explicación no está en una caída de la renta. De hecho, la renta disponible real por habitante ha crecido un 5,2 % desde 2019. El motivo es otro: los hogares españoles han optado por ahorrar más y reducir deuda, bajando su nivel de endeudamiento en 22 puntos porcentuales, casi cuatro veces más que la media de la UE.

Una tendencia compartida en Europa

La caída del consumo no es un fenómeno aislado. En el primer trimestre de 2025, Eurostat registró un descenso del gasto real de los hogares del 0,2 % en la eurozona y del 0,3 % en la UE. España, sin embargo, se sitúa entre los países donde la desconexión entre PIB y consumo es más marcada.

El espejismo del crecimiento

El contraste abre un debate: ¿es suficiente medir la economía por el PIB? Cada vez más analistas defienden complementar este indicador con otros que reflejen mejor el bienestar real. El propio Banco de España ha advertido de la debilidad de la demanda interna como freno para el crecimiento futuro.

Las cifras del gobierno frente a la realidad de los hogares

La economía española avanza en los balances oficiales, pero la calle sigue ajustando el cinturón. El consumo se retrae, el ahorro gana terreno y la deuda familiar baja. Un comportamiento prudente que fortalece las cuentas domésticas, pero que refleja la distancia entre la euforia del PIB y la realidad de las familias. Porque, más allá de las cifras, lo que importa es lo que llega al bolsillo.