Las pequeñas y medianas empresas, así como los trabajadores autónomos, lanzan un grito de auxilio ante lo que califican como una "asfixia fiscal continuada".
Según datos oficiales de Eurostat, las cotizaciones sociales que pagan las empresas en España han aumentado más de un 54 % entre 2018 y 2025, pasando de 29.351 millones a 45.387 millones de euros en tan solo siete años. Un incremento que, aseguran, lastra la creación de empleo, reduce márgenes empresariales y fomenta la economía sumergida.
Una presión creciente sobre el tejido productivo
“¡Nos están reventando!”, advierte el mensaje que acompaña un vídeo viral en redes sociales en el que se expone cómo ha evolucionado el coste de contratar en España. Lejos de ser una hipérbole, los datos muestran una carga creciente sobre los empleadores, especialmente sobre pymes y autónomos, que representan más del 95 % del tejido empresarial español.
El vídeo, que ha generado un fuerte debate en redes y foros económicos, denuncia que mientras se exigen mejoras salariales y más derechos laborales, poco se dice del esfuerzo que ya hacen las empresas para mantener el empleo en un entorno cada vez más costoso.
Costes laborales y consecuencias económicas
Desde el primer trimestre de 2018 hasta el mismo periodo de 2025, los costes de contratación han crecido en más de 16.000 millones de euros anuales, lo que, según voces empresariales, mina la competitividad de la economía española frente a otros países europeos.
Este incremento constante en las cotizaciones no solo afecta a las grandes compañías. “Para una pyme o un autónomo, cada euro que se suma en costes sociales es un euro menos para contratar o invertir”, señalan desde distintas asociaciones empresariales. El resultado, según apuntan, es menos empleo estable, menor inversión y un repunte del trabajo no declarado.
Un equilibrio necesario para el crecimiento
Expertos económicos y empresarios insisten en que es necesario un equilibrio entre los derechos laborales y la viabilidad empresarial. “No se puede pedir crecimiento económico y al mismo tiempo ahogar a quienes lo hacen posible”, afirma un representante del sector.
La denuncia también alerta de que esta política de incrementos sostenidos sin ajustes ni incentivos adecuados está generando un clima de incertidumbre que frena el emprendimiento y empuja a muchos a cerrar sus negocios o a externalizar sus operaciones fuera de España.
¿Qué reclaman las empresas?
El mensaje desde el tejido empresarial es claro: una revisión urgente del sistema de cotizaciones sociales que tenga en cuenta la capacidad real de las empresas para asumir costes sin destruir empleo. También demandan medidas de alivio fiscal, especialmente para autónomos, micropymes y sectores más castigados por la inflación y la presión fiscal acumulada.