Los actos de vandalismo sufridos por los trenes de Renfe durante 2024 se han traducido en un coste directo de 11,2 millones de euros, mientras que el impacto económico global, incluyendo los gastos indirectos asociados a la limpieza de grafitis, asciende a más de 24 millones anuales.
A lo largo del pasado año, la operadora ferroviaria contabilizó un total de 6.568 incidentes vandálicos, de los cuales 4.281 estuvieron relacionados con grafitis. El resto incluyó roturas de cristales, apedreamientos y la manipulación de elementos de seguridad como extintores o martillos de emergencia. Estos actos no solo suponen un elevado coste económico, sino que ponen en riesgo la seguridad de pasajeros y empleados, reducen la calidad del servicio y provocan retrasos en la operación diaria.
Una operación policial clave
En paralelo a estos datos, Renfe ha valorado positivamente la operación desarrollada por la Policía Nacional, que ha culminado recientemente con la detención de 29 personas implicadas en 287 grafitis realizados en trenes de la compañía. Esta acción ha permitido el esclarecimiento de 319 delitos, entre ellos 187 por daños y 32 por desórdenes públicos. Las detenciones se han producido en Madrid, Málaga, Valencia, Barcelona, Alicante, Soria y León.
Renfe ha agradecido la actuación conjunta de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cuyo trabajo ha sido clave para desarticular redes de grafiteros que operaban en distintos puntos del territorio nacional.
Un problema que consume recursos humanos y ambientales
En su lucha contra este fenómeno, la compañía ha tenido que destinar en 2023 y 2024 más de 10.000 horas de trabajo al mes exclusivamente para tareas de limpieza. En total, se han eliminado grafitis de 147.230 metros cuadrados de superficie ferroviaria, una extensión equivalente a más de 20 campos de fútbol.
El coste económico directo e indirecto de estos trabajos —que incluye productos de limpieza, personal, equipos, energía y medidas de seguridad— se sitúa en torno a los 24 millones de euros al año.
A nivel medioambiental, el impacto también es elevado: se estima que los grafiteros utilizan anualmente 16.000 litros de pintura tóxica, lo que genera más de 40.000 botes de residuos peligrosos. Renfe ha implementado protocolos específicos de limpieza para evitar la contaminación del suelo, utilizando mantas absorbentes y un sistema de gestión ambiental especializado.
Compromiso con un transporte público seguro y sostenible
Renfe reitera su compromiso con la seguridad, la sostenibilidad y la calidad del transporte público, al tiempo que advierte sobre los graves perjuicios económicos, operativos y medioambientales que provoca el vandalismo. La compañía continuará reforzando su colaboración con las autoridades policiales y judiciales, y pide a la ciudadanía responsabilidad y respeto por un servicio público esencial para millones de personas en todo el país.
