Los vecinos de la calle Hileras intentan recuperar la normalidad tras el derrumbe mortal: “Esto parece una atracción turística”
Los residentes de los edificios colindantes al siniestro regresan poco a poco a sus viviendas mientras continúan las labores de desescombro y apuntalamiento.
La vida comienza a regresar a la calle Hileras, 4, en el barrio de Ópera, tras el derrumbe mortal del pasado martes, en el que cuatro trabajadores perdieron la vida durante las obras de rehabilitación de un edificio. Este fin de semana, muchos vecinos han podido volver a sus casas, aunque la presencia constante de curiosos en la zona hace que la tranquilidad aún quede lejos.
“La calle parece ahora una atracción turística”, lamenta Carmen, vecina del número 6, el edificio contiguo al siniestrado, mientras observa cómo decenas de personas se acercan para fotografiar los restos y comprobar el estado del inmueble.
Regreso progresivo a los hogares
Los técnicos del Ayuntamiento y los bomberos de Madrid han autorizado la vuelta a casa de varios residentes tras confirmar que no existen daños estructurales en los edificios colindantes. “No hay ningún desperfecto en este edificio, todo está en perfectas condiciones”, explica Javier, hijo de Carmen, que ha pasado ya su segunda noche en casa desde la evacuación.
El bloque número 6 fue uno de los más afectados por la onda del derrumbe, pero los revisores municipales han certificado su seguridad. La vuelta ha sido progresiva y coordinada, mientras las autoridades mantienen un perímetro de seguridad en torno al número 4, donde se concentran los trabajos de emergencia.
Labores de desescombro y apuntalamiento
Mientras los vecinos retoman su rutina, las tareas de desescombro continúan sin descanso. Los bomberos del Ayuntamiento de Madrid trabajan junto a los técnicos de urbanismo en el apuntalamiento de la fachada principal, que sigue presentando alto riesgo de derrumbe.
Según fuentes municipales, la estructura del edificio siniestrado quedó completamente inestable tras el colapso, por lo que la prioridad sigue siendo garantizar la seguridad de la zona y facilitar la investigación judicial en marcha.
“Se están realizando trabajos meticulosos para retirar los escombros y reforzar la estructura restante. Hasta que no se estabilice, no se podrá permitir el acceso a los técnicos forenses ni continuar la evaluación de daños interiores”, detallaron desde Emergencias Madrid.
Un suceso que conmocionó al barrio de Ópera
El pasado martes, cuatro trabajadores murieron tras el derrumbe parcial del edificio en obras mientras realizaban labores de rehabilitación en el interior. El siniestro, ocurrido en pleno centro de Madrid, generó una gran conmoción entre los vecinos y obligó a evacuar de urgencia los inmuebles colindantes.
Desde entonces, la calle permanece cortada al tráfico y acordonada parcialmente, con presencia constante de equipos de seguridad, investigadores y maquinaria pesada.
La curiosidad, un obstáculo para la calma vecinal
Sin embargo, la presencia de curiosos y visitantes atraídos por la magnitud del suceso está dificultando el regreso a la normalidad. “Cada día hay más gente haciendo fotos o asomándose al vallado. Entendemos que es un hecho grave, pero para los vecinos esto está siendo un calvario”, comenta Carmen.
Algunos residentes reclaman mayor control de acceso a la vía y medidas de protección de la intimidad vecinal, ya que la constante afluencia de personas interfiere con los trabajos y con su vida cotidiana.
Investigación en marcha y apoyo a las familias
El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado que la investigación sobre las causas del derrumbe continúa abierta, y que se están analizando los informes técnicos y las licencias de obra concedidas al edificio.
Asimismo, se mantiene el apoyo psicológico y social a los familiares de las víctimas, a través de los equipos de emergencia y los servicios sociales municipales.
Mientras tanto, el barrio trata de pasar página con cautela y respeto, esperando que las conclusiones oficiales arrojen luz sobre lo ocurrido. “Volvemos a casa, pero con un sabor amargo. Es imposible olvidar lo que pasó”, resume Carmen, mirando hacia el edificio derruido.