Los Marines de Estados Unidos llevan la ilusión de la Navidad a la Casa Ronald McDonald de Madrid con más de 200 juguetes

Los Marines de EE UU llevan la Navidad a la Casa Ronald McDonald de Madrid

En pleno corazón sanitario de Madrid, donde decenas de familias afrontan la enfermedad de un hijo lejos de su hogar, la Navidad volvió a abrirse paso de la mano de la solidaridad internacional. Los Marines destinados en la Embajada de Estados Unidos en España han entregado más de 200 juguetes a los niños alojados en la Casa Ronald McDonald de Madrid, dentro del histórico programa Toys for Tots, una de las iniciativas solidarias más longevas y reconocidas del Cuerpo de Marines estadounidense.

La visita tuvo lugar en la Casa Ronald McDonald ubicada en el recinto del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, un espacio que funciona como “hogar fuera del hogar” para familias que se desplazan a la capital desde distintos puntos de España para que sus hijos reciban tratamientos médicos complejos. En el acto participaron la Encargada de Negocios ad interim de Estados Unidos en España, Michelle Riebeling, y el director de la Casa Ronald McDonald de Madrid, Pedro Béjar, acompañados por representantes de la Fundación y de McDonald’s España.

Con esta acción, la Embajada de Estados Unidos en España ha querido mostrar, un año más, su respaldo a la labor diaria de la Fundación Infantil Ronald McDonald, que trabaja para aliviar el impacto emocional y logístico que supone la hospitalización prolongada de un menor, especialmente en fechas tan señaladas como las navideñas.

Una tradición solidaria con casi ocho décadas de historia

La entrega de juguetes se enmarca en Toys for Tots, el programa solidario impulsado por el Cuerpo de Marines de Estados Unidos que este año cumple 78 años de trayectoria. Desde su creación, la iniciativa ha crecido hasta convertirse en una campaña de alcance internacional que distribuye cada año una media de 25 millones de juguetes entre más de 10 millones de niños, con el objetivo de que ninguno se quede sin un gesto de alegría durante la Navidad.

En el caso de Madrid, los juguetes han sido donados por estudiantes y familias del American School of Madrid, personal de la Embajada y miembros de la comunidad estadounidense residente en España, subrayando el carácter comunitario y participativo de la iniciativa.

El espíritu de Toys for Tots fue recordado recientemente por Melania Trump, quien destacó el valor de este programa como una de las tradiciones solidarias más queridas de la Navidad, capaz de llevar ilusión a niños que atraviesan momentos especialmente difíciles.

La Casa Ronald McDonald de Madrid, un pilar de apoyo a las familias

La Casa Ronald McDonald de Madrid abrió sus puertas en enero de 2015 y es la mayor de las cinco que la Fundación tiene actualmente en España. Con cerca de 3.000 metros cuadrados de superficie y capacidad para acoger a unas 30 familias cada noche, el centro ofrece alojamiento gratuito y apoyo integral a familias procedentes de toda España. Los terrenos donde se ubica fueron cedidos por la Comunidad de Madrid, dentro de los propios espacios del Hospital Niño Jesús.

La Casa forma parte de la red internacional de Ronald McDonald House Charities, presente en 62 países con cerca de 400 Casas. En España, desde la apertura de la primera Casa en 2002, más de 20.000 familias han podido beneficiarse de este modelo de atención centrada en la familia, que complementa la labor estrictamente sanitaria de los hospitales.

Un gesto que trasciende la Navidad

La visita de los Marines y la entrega de juguetes no solo han supuesto un momento de ilusión para los más pequeños, sino también un mensaje de acompañamiento para las familias que pasan estas fechas lejos de casa. En un entorno marcado por la incertidumbre y el esfuerzo diario, iniciativas como Toys for Tots refuerzan la dimensión humana de la cooperación internacional y ponen de relieve el papel de la sociedad civil y las instituciones en el cuidado de quienes más lo necesitan.

Con este gesto, Madrid vuelve a convertirse en escenario de una tradición solidaria que, casi ocho décadas después de su nacimiento, sigue cumpliendo el mismo propósito: que ningún niño pierda la sonrisa en Navidad, incluso en los momentos más difíciles.