La Comunidad incrementa la producción de fertilizante estruvita en su mayor planta depuradora
La Comunidad de Madrid ha batido un nuevo récord en la producción de estruvita, un fertilizante de gran valor agrícola generado a partir del tratamiento de aguas residuales.
En 2024, la planta de Canal de Isabel II ubicada en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) Sur, en Getafe, alcanzó las 643 toneladas, lo que supone un incremento del 15,4% respecto al ejercicio anterior y consolida a esta instalación como la mayor biofactoría del país en este campo.
Desde que se puso en marcha en 2016, esta planta industrial —referente nacional en economía circular— ha generado más de 4.000 toneladas de este fertilizante, obtenido mediante la cristalización del fósforo presente en el agua residual. La estruvita, conocida también como el oro blanco de la agricultura, destaca por su capacidad de liberar nutrientes de forma lenta y sostenida, favoreciendo el crecimiento de cultivos con una mejor absorción y una menor pérdida por lixiviación.
Estrategia sostenible y agricultura de precisión
Este aumento en la producción no solo responde a criterios de eficiencia industrial, sino también a una apuesta estratégica por la sostenibilidad y la valorización de residuos. El fertilizante cuenta con el aval del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), cuyos ensayos han demostrado su alta eficacia para mejorar la estructura de los suelos y aumentar la productividad agrícola.
Según estas investigaciones, la estruvita permite mantener durante más tiempo una adecuada concentración de fósforo, un elemento clave en el desarrollo vegetal y que no se puede producir de forma sintética. Además, aporta magnesio y nitrógeno, reforzando así su valor como complemento nutricional en explotaciones agrícolas.
Biofactorías urbanas: una nueva vida para los residuos
El modelo de gestión implementado por Canal de Isabel II convierte a las depuradoras madrileñas en auténticas biofactorías urbanas, donde el agua residual se transforma en recursos reutilizables: desde fertilizantes hasta combustibles, energía eléctrica, agua regenerada o compost.
En 2024, las depuradoras de la región generaron más de 415.000 toneladas de lodos, de los cuales 147.000 se aplicaron directamente en agricultura y otras 219.000 fueron tratadas mediante secado térmico, lo que permitió obtener 40.600 toneladas de grano seco. Además, se produjeron 11.000 toneladas de compost a partir de la mezcla de 45.000 toneladas de fangos con residuos vegetales, mientras que unas 4.600 toneladas se destinaron a valorización energética en plantas cementeras.
Este enfoque integral contribuye a cerrar el ciclo de los residuos urbanos y posiciona a Madrid como una comunidad pionera en el aprovechamiento de recursos y la lucha contra el cambio climático desde el ámbito local.