Madrid refuerza la vigilancia de fármacos con 80 farmacias centinela y formación a 68 profesionales

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El Servicio Madrileño de Salud amplía a 80 las oficinas de farmacia que vigilan reacciones adversas, errores de medicación y posibles desabastecimientos

La Comunidad de Madrid ha incorporado 23 nuevas oficinas de farmacia a su red centinela, un sistema de vigilancia que permite detectar, notificar y prevenir posibles problemas de seguridad con los medicamentos dispensados en la región. Con esta ampliación, la red alcanza un total de 80 establecimientos distribuidos estratégicamente por todo el territorio madrileño.

El Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) ha formado a 68 profesionales farmacéuticos en aspectos clave como dispensación informada, detección de errores de medicación y gestión de reacciones adversas, con el objetivo de reforzar la seguridad del paciente y mejorar la eficiencia del sistema sanitario.

Una red de vigilancia que protege la salud de los madrileños

La red centinela de farmacias es uno de los pilares del sistema sanitario regional para garantizar el uso seguro y responsable de los medicamentos. Las incidencias detectadas en estas oficinas son analizadas por la Consejería de Sanidad, que adopta medidas preventivas para evitar que los problemas se repitan en el resto de las 3.000 farmacias de la Comunidad.

La elección de las farmacias que forman parte de la red se basa en criterios territoriales y sociodemográficos, lo que permite disponer de una muestra representativa de la población madrileña. Este modelo garantiza un control de calidad homogéneo y una recogida de datos más precisa, ya que tiene en cuenta factores como la edad, actividad o hábitos de consumo de los ciudadanos.

Detección temprana de errores y reacciones adversas

Uno de los principales objetivos de la red centinela es la prevención de reacciones adversas a medicamentos (RAM) y la identificación de errores en la dispensación.

Gracias a un protocolo unificado de registro y seguimiento, los farmacéuticos pueden notificar de forma inmediata cualquier sospecha o incidencia relacionada con un fármaco. Estos datos son posteriormente evaluados por el Centro de Farmacovigilancia de la Comunidad de Madrid, que coordina las acciones necesarias para garantizar la seguridad de los pacientes.

El sistema también fomenta la dispensación informada, un proceso mediante el cual el farmacéutico proporciona al paciente toda la información necesaria sobre el uso correcto del medicamento, sus posibles efectos secundarios y las interacciones con otros tratamientos.

Control del stock y respuesta ante desabastecimientos

Además de la vigilancia sobre la seguridad de los fármacos, la red centinela tiene un papel esencial en el control del stock y la disponibilidad de medicamentos.

Su labor permite detectar con antelación posibles problemas de suministro, asegurando que los tratamientos lleguen de forma equitativa a toda la población. En caso de desabastecimiento, las oficinas de farmacia informan a los pacientes sobre cómo obtener el medicamento a través de la Sección de Suministro de Medicamentos Extranjeros, situada en la calle Sagasta de Madrid.

Este sistema contribuye a mantener la continuidad de los tratamientos, evitando interrupciones que podrían poner en riesgo la salud de los pacientes.

Formación y compromiso con la excelencia sanitaria

Los 68 farmacéuticos recientemente incorporados han recibido formación específica en seguridad del paciente, farmacovigilancia y detección de errores, lo que refuerza la capacidad técnica y humana del sistema sanitario madrileño.

Con esta iniciativa, la Consejería de Sanidad reafirma su compromiso con una atención farmacéutica más segura, equitativa y eficiente, impulsando el papel de las farmacias como agentes activos de salud pública.

Madrid, referente nacional en farmacovigilancia

La red centinela de farmacias de Madrid es un modelo de referencia en España por su enfoque integral y por la colaboración directa entre la administración sanitaria y los profesionales farmacéuticos.

Gracias a este sistema, la Comunidad de Madrid avanza en la detección temprana de riesgos, la optimización del uso de medicamentos y la protección de la salud de los ciudadanos, consolidando su liderazgo en seguridad farmacéutica.