Madrid evita más de 5.000 caídas en mayores de 70 años gracias a su programa de Atención Primaria
La red pública de centros de salud ha evaluado a un 62,7% de mayores de 70 años y activado planes que han evitado 5.000 caídas en dos años
La Comunidad de Madrid ha logrado evitar más de 5.000 caídas de personas mayores de 70 años en los últimos dos años gracias a su programa de detección y prevención de la fragilidad en Atención Primaria. La iniciativa, aplicada desde los centros de salud públicos, ha permitido adelantarse a complicaciones graves como las fracturas de cadera, uno de los principales motivos de discapacidad y dependencia en edades avanzadas.
El plan ha alcanzado ya a más de 200.000 evaluaciones, que suponen el 62,7% de la población diana, y ha identificado a 48.114 personas con alta propensión a sufrir caídas, el colectivo que requiere intervenciones más intensivas y seguimiento estrecho.
En el corazón del dispositivo están los profesionales de Enfermería, responsables de una batería de pruebas funcionales sencillas y muy fiables: medición de la velocidad de marcha, control del equilibrio y capacidad para levantarse de una silla, entre otras. Estos test permiten detectar de forma temprana señales de fragilidad y ajustar la intervención a cada paciente.
Con la información obtenida, el Servicio Madrileño de Salud ha puesto en marcha intervenciones individualizadas y, en el 37% de los casos con riesgo elevado, planes de acción semestrales que combinan:
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Educación en hábitos saludables (alimentación, hidratación y sueño).
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Ejercicios de fuerza, resistencia y equilibrio para recuperar estabilidad y masa muscular.
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Fomento de la vida social e intelectual para reducir el aislamiento y mejorar la adherencia a la actividad física.
El enfoque no se limita a la consulta. Para reforzar la prevención, Atención Primaria coordina 200 grupos comunitarios de actividad física, en los que 2.646 mayores participan de manera regular. Estas sesiones, guiadas por personal cualificado, consolidan rutinas seguras de movimiento y reducen el riesgo de nuevas caídas, a la vez que mejoran la autoestima, la movilidad y la autonomía de los participantes.
La estrategia, impulsada por la Gerencia Asistencial de Atención Primaria, se alinea con los objetivos de un envejecimiento activo y seguro: detectar a tiempo la fragilidad, intervenir antes de que aparezcan las lesiones y mantener al máximo la independencia de las personas mayores en su entorno habitual. El balance de estos dos años confirma que la prevención funciona cuando se articula desde la proximidad y con planes personalizados.