Gregorio Marañón

El Gregorio Marañón se transformará con una demolición por fases para dar paso a un hospital más moderno y accesible

Hospital Gregorio Marañón

El Gregorio Marañón inicia en 2026 una reforma integral por fases que reorganizará el hospital en dos grandes edificios y un complejo más accesible

El Hospital Universitario Gregorio Marañón afrontará a partir de 2026 la mayor transformación de sus 55 años de historia. El complejo sanitario, referente de la sanidad madrileña, será demolido por fases para dar lugar a un nuevo hospital moderno, integrado y accesible, con el objetivo de unificar en un solo espacio áreas hoy dispersas como las consultas externas, urgencias o especialidades.

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha confirmado que las obras se realizarán de forma escalonada para garantizar la continuidad de la asistencia sanitaria. Solo se conservarán algunos edificios recientes, como el Centro Oncológico, el Centro Quirúrgico, el pabellón administrativo, el edificio de Anatomía Patológica, el Hospital Materno Infantil y la iglesia. El resto será demolido en un plan de trabajo que se prolongará varios años.

Primera fase: derribos iniciales y nuevas urgencias

Los primeros trabajos comenzarán en 2026 con la demolición del edificio de sindicatos, al que seguirán la clínica —tras reubicar casi un centenar de camas y el banco de sangre— y la Unidad de Medicina y Cirugía Experimental y Psiquiatría. Paralelamente, se levantarán la nueva farmacia hospitalaria, un servicio de urgencias centralizado, un centro de administración junto al actual pabellón, y una central de energía con muelle de carga para asegurar el suministro.

Dos grandes edificios y un parking para reordenar el complejo

La segunda fase contempla la construcción de los dos grandes bloques que vertebrarán el futuro hospital. Uno de ellos reunirá las áreas funcionales del actual Instituto Provincial Médico-Quirúrgico, que será demolido tras la reubicación de pacientes. El segundo estará dedicado a las especialidades médicas y asistenciales.

La última fase incluirá el derribo del edificio de consultas externas, el pabellón docente y el de gobierno, y la construcción de un nuevo aparcamiento en la zona este del recinto, sujeto todavía a la autorización de la Unesco, dado que el hospital se encuentra en el entorno protegido del Paisaje de la Luz.

Un hospital del siglo XXI

El nuevo Gregorio Marañón estará compuesto por cuatro bloques de diez plantas, organizados en torno a un patio interior, lo que permitirá una distribución más eficiente de los servicios y un mejor acceso para pacientes y familiares. El macroproyecto prevé que las obras duren más de 40 meses en sus fases más críticas, con la premisa de minimizar el impacto en la atención diaria.

La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, ha defendido que este plan responde a la necesidad de “poner la salud en el centro y mejorar cada día los tratamientos y la asistencia de los madrileños”.

En paralelo, el Gobierno autonómico también impulsa la ampliación del Hospital Infantil Niño Jesús, con un nuevo edificio de oncología infantil, quirófanos de alta precisión, un Instituto de Neurociencia y Salud Mental Infantil y un laboratorio de impresión 3D, que trabajará en red con la futura Unidad de Investigación de Excelencia en Salud Infanto-Juvenil.

Obstáculo pendiente: la financiación y la Unesco

El plan de financiación original incluía un aparcamiento subterráneo con 800 plazas, cuya concesión durante 40 años serviría para costear la obra. Sin embargo, la declaración del Paisaje de la Luz como Patrimonio Mundial en 2021 ha obligado a rediseñar el proyecto. La Unesco ya recomendó en 2023 reducir el número de plazas por el impacto en el tráfico y el entorno.

La Comunidad de Madrid mantiene pendiente una reunión “inminente” con la Unesco para obtener luz verde definitiva al proyecto. El resultado de ese encuentro será clave para determinar cómo se financiará la obra y si se mantiene el esquema inicial de concesión del aparcamiento.