Asamblea de Madrid

La Asamblea de Madrid tumba las enmiendas de la oposición y los Presupuestos avanzan hacia su aprobación definitiva

Hemiciclo de la Asamblea de Madrid | Foto de la Comunidad de Madrid

Las enmiendas de Más Madrid, PSOE y Vox han sido rechazadas por la mayoría del PP, permitiendo que las cuentas de 2026 continúen su tramitación parlamentaria

La Asamblea de Madrid ha rechazado este jueves las enmiendas a la totalidad presentadas por Más Madrid, PSOE y Vox contra los Presupuestos de la Comunidad para 2026, garantizando que las cuentas continúen su tramitación hacia la fase de enmiendas parciales. Con 30.633 millones de euros, se trata del proyecto presupuestario más elevado en la historia de la región, y su aprobación definitiva está prevista para los días 18 y 19 de diciembre, donde el Partido Popular cuenta con mayoría absoluta para sacar adelante el texto sin modificaciones sustanciales.

La consejera de Economía, Hacienda y Empleo, Rocío Albert, fue la encargada de defender el proyecto económico ante el Pleno, destacando que los presupuestos están diseñados para “el mayor y mejor Madrid de la historia”, apostando por una fiscalidad que define como “adecuada y eficaz” y que, según la consejería, situaría a la región con el régimen tributario más favorable del país. Albert definió la presentación del proyecto como “un acto de responsabilidad con el dinero público y con cada contribuyente”.

Oposición frontal y debate en torno a los servicios públicos

Los grupos opositores coincidieron en criticar la orientación del proyecto presupuestario, aunque cada uno desde posiciones y ejes discursivos diferentes. Más Madrid, a través de su portavoz Manuela Bergerot, centró su intervención en la situación de la sanidad pública, calificando las cuentas de “rácanas” y acusando al Gobierno regional de impulsar un modelo que beneficia a la sanidad privada en detrimento de los servicios públicos. Bergerot utilizó como referencia los audios publicados esta semana sobre Ribera Salud y las listas de espera del Hospital de Torrejón, calificándolo como ejemplo de un sistema sanitario “que divide entre pacientes rentables y no rentables”.

Desde el PSOE, el portavoz adjunto Fernando Fernández Lara acusó al Ejecutivo autonómico de “tratar los servicios públicos como negocios”, señalando que las cuentas “mienten y ocultan para aparentar gestión” y denunciando una infrafinanciación del 32% respecto a las necesidades reales detectadas en la liquidación previa. Además criticó que la Comunidad renuncie a herramientas fiscales y financiación estatal que, aseguró, permitirían reforzar sanidad, educación y vivienda.

Por su parte, Vox, representado por Isabel Pérez Moñino, calificó los Presupuestos de “contra la gente”, acusando al PP de promover unas cuentas que, afirma, “solo permiten vivir a quienes pueden afrontar sus políticas”. La portavoz denunció falta de medidas reales sobre vivienda juvenil y sanidad, recordando que “faltan 31 centros de salud prometidos desde 2010”.

El PP defiende el modelo y rechaza el vínculo con el caso Ribera Salud

El Gobierno regional mantuvo una defensa firme del texto presupuestario y de su modelo de gestión. Rocío Albert volvió a reivindicar la sanidad madrileña como la mejor de España, con una espera media quirúrgica de 49 días frente a los más de 100 del promedio nacional, además de recordar indicadores de esperanza de vida y trasplantes como ejemplos de rendimiento.

Respecto al caso Ribera Salud, Albert señaló que los audios no implican a miembros del Gobierno regional ni contienen elementos delictivos, diferenciándolo de otros escándalos estatales citados en el debate. Sobre las críticas procedentes de Vox, la consejera subrayó que el modelo madrileño apuesta por la atención “para todos los madrileños, vengan de donde vengan”.

El clima político fue tenso, cargado de cruces dialécticos entre bloques. Sin embargo, el desenlace estaba marcado desde el inicio: la mayoría absoluta del PP impide que el debate de totalidad prospere, por lo que los presupuestos avanzan directamente a la fase de enmiendas parciales, donde la oposición tratará de introducir modificaciones, aunque sin capacidad de frenar su aprobación final.