Presupuestos

La Moncloa busca calmar a Junts tras el choque con Yolanda Díaz para salvar la negociación de Presupuestos

Montero, en una intervención en el Congreso | Foto del Congreso

El PSOE rebaja la tensión con Junts tras las críticas de Yolanda Díaz y trabaja para encauzar el diálogo de cara a los Presupuestos de 2026.

 

El Gobierno ha intensificado sus esfuerzos en los últimos días para reconducir la relación con Junts después de que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, acusara a los independentistas de formar parte de “las tres derechas” en el Congreso y de mantener un “chantaje” en la negociación de la reducción de la jornada laboral.

Tensión en el Congreso

El episodio, que sorprendió incluso a los socios socialistas de Díaz, se produjo en el debate del pasado miércoles, cuando Junts rechazó la reducción de la jornada a 37,5 horas. La dirigente de Sumar arremetió contra ellos desde la tribuna y, posteriormente, en una entrevista radiofónica.

En paralelo, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se reunió con la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, en lo que en Moncloa denominan “zona de Gobierno”, con el fin de despejar el camino hacia el diálogo presupuestario. Según fuentes socialistas, también se produjeron “llamadas intensas” a todos los niveles para frenar la escalada verbal.

El papel del PSOE y de Sumar

El ala socialista del Ejecutivo ha marcado distancia con la derrota de Díaz y recalca que la negociación con Junts sobre la jornada laboral fue “solo obra suya”, pues los independentistas dejaron claro desde el inicio que no podían ceder en este punto por la presión de la patronal catalana.

Desde Sumar, sin embargo, reivindican el trabajo de la vicepresidenta y recuerdan que fue ella quien llevó durante meses el peso de la negociación. En su entorno apuntan que Junts nunca se movió de su postura inicial: “Siempre nos dijeron lo mismo: en esto no podemos ceder”.

Estrategia de Moncloa

Fuentes socialistas subrayan que la orden es clara: “no subir el tono con los socios de investidura” ante el inminente arranque de la negociación presupuestaria. La intención es aislar este diálogo de otras discusiones y evitar que la tensión ponga en riesgo las cuentas públicas de 2026, clave para asegurar la legislatura hasta 2027.

A pesar de las diferencias, en Moncloa se muestran tranquilos. Consideran que la presión social y política por las movilizaciones previstas en las próximas semanas servirá para apretar al PP y mantener cohesionada a la mayoría parlamentaria.

La visión de Junts

Por su parte, Junts mantiene que su rechazo a la reducción de la jornada laboral se debe a que “no se puede obligar por ley a quien no puede”, en palabras de Nogueras, porque al final “lo acaba pagando el trabajador”.

Los de Puigdemont recuerdan que su relación con el PSOE sigue marcada por la “desconfianza” y el incumplimiento del acuerdo de Bruselas, aunque por ahora han decidido no romper con el Ejecutivo. Mantienen la “prórroga” concedida meses atrás al retirar su propuesta de cuestión de confianza, pero advierten de que esta no será indefinida.

De hecho, Junts condiciona cualquier negociación futura al cumplimiento de los compromisos ya adquiridos, como la ejecución de las cuentas vigentes, la amnistía a Puigdemont y la oficialización del catalán en la UE.