Emiliano García-Page planta cara a la cúpula del PSOE en el 41º Congreso
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha consolidado como la voz crítica más destacada dentro del PSOE en el marco del 41º Congreso Federal celebrado en Sevilla. Fiel a su estilo directo, el "barón" manchego ha lanzado contundentes reflexiones contra la deriva del partido bajo el liderazgo de Pedro Sánchez, rechazando el "victimismo" y criticando los pactos con formaciones como Junts o Bildu, a las que considera contrarias a los valores esenciales de la izquierda.
García-Page, único presidente autonómico socialista con mayoría absoluta, evitó la clausura del Congreso, donde Sánchez fue aclamado por sus seguidores. "El victimismo es el último recurso de cualquier proyecto político", declaró, en alusión a las acusaciones de una supuesta "cacería humana" contra el presidente del Gobierno. Además, abogó por mayor autocrítica en el PSOE: "Decir que nos podemos equivocar daría credibilidad al partido".
Críticas al liderazgo y los pactos del PSOE
El presidente manchego cuestionó abiertamente los acuerdos alcanzados con formaciones como Junts per Catalunya, a la que calificó de "extrema derecha independentista y xenófoba". También expresó su rechazo a la "sacrificación de valores esenciales de la izquierda" en busca de apoyos políticos, destacando que el PSOE no debe "insultar al PP", sino enfrentarse a ellos en las urnas con propuestas claras y constructivas.
Page señaló que el PSOE debe centrarse en resolver los problemas de los ciudadanos y evitar convertirse en un "búnker" político desconectado de la realidad. "Soy leal a mi partido, pero no me van a callar", afirmó, dejando clara su postura crítica hacia el actual rumbo del socialismo español.
Distancia con Sánchez y liderazgo alternativo
La ausencia de García-Page en el discurso de clausura de Pedro Sánchez fue vista como una señal clara de distanciamiento. Aunque su nombre suele aparecer en las quinielas como posible sucesor en el liderazgo del PSOE, el presidente manchego lo descarta, insistiendo en que su prioridad es gobernar Castilla-La Mancha y defender los intereses de su tierra.
Page, conocido por su cercanía con figuras históricas del PSOE como José Bono y Alfredo Pérez-Rubalcaba, representa una corriente moderada dentro del partido. Su gestión, valorada por empresarios y sectores agrarios, contrasta con las políticas más radicales impulsadas por los socios de coalición de Sánchez en el Gobierno.
Un PSOE dividido entre continuidad y autocrítica
El 41º Congreso Federal del PSOE ha dejado en evidencia las tensiones internas entre los sectores críticos y la dirección del partido. Mientras Sánchez reafirma su liderazgo con medidas como la creación de una empresa pública de vivienda, figuras como García-Page insisten en la necesidad de un PSOE más autocrítico, menos polarizado y centrado en soluciones reales para los ciudadanos.
El futuro del socialismo español dependerá, en gran medida, de cómo resuelva estas fracturas internas y de su capacidad para reconectar con las demandas de una ciudadanía cada vez más exigente y menos indulgente con los errores de sus representantes.