Mociones de censura

Del discurso contra la corrupción a la sombra de Ábalos: el PSOE y su doble vara de medir

Mariano Rajoy

La moción de censura contra Rajoy en 2018 se justificó en la lucha contra la corrupción, pero ahora el PSOE mantiene en sus filas a implicados en escándalos

El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha recordado recientemente los argumentos utilizados por el PSOE para justificar la moción de censura que le apartó del poder en 2018, en un contexto marcado por la sentencia del caso Gürtel. Según Rajoy, la justificación socialista se basó en una interpretación interesada y manipulada de una sentencia judicial que no condenaba a ningún miembro del Ejecutivo del Partido Popular.

Sin embargo, la historia ha dado un giro inesperado: José Luis Ábalos, uno de los principales defensores de aquella moción de censura y exministro de Transportes del Gobierno de Pedro Sánchez, se encuentra ahora bajo sospecha en un escándalo de corrupción que salpica al PSOE. La situación evidencia lo que muchos consideran una doble vara de medir por parte del partido de Sánchez.

La moción de censura de 2018: la corrupción como excusa

El 1 de junio de 2018, el Congreso de los Diputados aprobó la moción de censura presentada por el PSOE contra Mariano Rajoy, lo que llevó a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno. El argumento principal utilizado por los socialistas fue la corrupción en el PP, tras la sentencia del caso Gürtel que señalaba la existencia de una "trama de financiación irregular" en el partido.

Durante el debate parlamentario, José Luis Ábalos, entonces portavoz del PSOE, defendió con vehemencia la necesidad de destituir al Ejecutivo del PP. Según sus palabras, el país no podía seguir gobernado por un partido "embarrado en la corrupción". Pero Rajoy le respondió con una frase que hoy cobra un nuevo significado:

"Para venir a dar lecciones, hay que estar en condiciones de darlas. Si no, mejor callarse."

Ábalos y el escándalo Koldo: la corrupción golpea al PSOE

Ahora, casi siete años después, el PSOE se enfrenta a su propia crisis de corrupción. José Luis Ábalos, exministro de Transportes y una de las caras visibles de la moción de censura de 2018, está en el punto de mira tras el escándalo Koldo, que involucra presuntos sobornos y contratos irregulares con empresas relacionadas con la venta de mascarillas durante la pandemia.

A pesar de la gravedad de las acusaciones, Ábalos sigue ocupando su escaño en el Congreso, y el Gobierno de Sánchez evita tomar medidas drásticas contra él. Este hecho contrasta con la actitud adoptada por el PSOE en 2018, cuando exigió la salida inmediata de Rajoy basándose en una sentencia que ni siquiera señalaba responsabilidades directas del Ejecutivo del PP.

Doble rasero y crisis de credibilidad en el PSOE

La presencia de José Luis Ábalos en el Congreso tras las revelaciones del caso Koldo está generando un creciente malestar, tanto en la oposición como dentro del propio PSOE. La dirección socialista ha evitado, por el momento, expulsarlo o exigirle la entrega de su acta de diputado, algo que contrasta con la contundencia con la que se actuó en el pasado contra otros partidos.

El caso pone en entredicho la credibilidad del PSOE en su lucha contra la corrupción y refuerza las críticas de quienes sostienen que la moción de censura de 2018 fue una maniobra política más que una respuesta sincera a un problema ético.

Tal como advirtió Rajoy en su intervención parlamentaria antes de ser destituido: "El árbitro de la limpieza en esta moción de censura, ¿está limpio?"

Hoy, con figuras clave del PSOE bajo la lupa judicial, esa pregunta resuena con más fuerza que nunca.