La única forma de que vote a Sánchez
El siempre falsario Tezanos formuló a través del CIS esta pregunta torticera:
“¿Prefiere usted el horario de verano o el horario de invierno?”
Interesante pregunta, que podría equipararse a esta otra:
“¿Prefiere usted tener en su mesilla 500 euros o 300 euros?”
O incluso a esta otra:
“¿Prefiere usted soltar un palomino distraído o que le caiga encima la mierda del “rey Trump”?”
Este tipo de preguntas solo pueden tener una respuesta: los españoles prefieren el horario de verano sobre el de invierno, prefieren tener 500 euros en vez de 300, y prefieren soltarse un pedo que caer en un depósito de purines.
La cosa sería diferente si se explicase la verdad. En verano hay 15 horas de luz y en invierno hay solo 9. Pero eso Tezanos no lo dice, cuando debería ser el prólogo necesario a su pregunta. No se trata de cuándo se siente uno mejor, que es claramente en verano, sino cómo administrar las 9 horas de luz del invierno de forma que sean lo menos dañinas y lo más naturales. ¡Esa es la cuestión! En julio hay luz a patadas y se disfruta mucho de ella. Pero en invierno, al que nos acercamos, hay que medir, ponderar, equilibrar lo mejor para esa época de escasez.
Abril es un “mes horribilis” porque pasas de levantarte de día en marzo a levantarte de noche. Te roba (el gobierno de España, sólo a nosotros, nada de europeos) una hora de tu último sueño, el más reparador. Y así andamos todos gilipollas, como aseveran los estudios médicos.
Sánchez anuncia que es llegado el final de los cambios de la hora, de dejar quietas las manecillas. Eso es correcto. Pero viniendo del personaje que viene, de su populismo enraizado, de su gusto por halagar a la plebe y de las servidumbres que soporta del nacionalismo catalán, me temo lo peor.
Y lo peor, mucho peor que quedarnos como estamos, sería adoptar todo el año el “horario de verano”, que es lo que probablemente querrá hacer. Un horario que jamás hemos conocido, porque jamás se ha pasado de finales de octubre sin devolvernos la hora robada. Si nos adentramos en el invierno con el horario de verano, estaremos muertos.
El único ensayo conocido de adelantar dos horas todo el año lo protagonizó Portugal bajo el mandato de Cavaco Silva. Este mandatario quiso “compartir el horario de España”. Pero en un par de años tuvo que recular, agobiado por los suicidios, el absentismo y las terribles consecuencias. Hoy Portugal tiene una hora menos que España.
Sin embargo, todavía es posible que Sánchez acierte; y, si así fuera, yo le votaré. Son 50 años clamando por un horario digno, como para regatear el voto a quien nos lo devuelva.
Y no lo tiene difícil. Todas las encuestas en países europeos indican que sus habitantes prefieren el “horario de verano”. Nada más natural, pues ellos viven en Greenwich (nosotros no) Para quienes viven en Greenwich, los inviernos son de tardes muy cortas y con el final del “ruralismo decimonónico” si tienen que escoger un horario único, escogerían su horario de verano (GMT+1) El horario de verano de los países europeos es, precisamente, el horario de invierno en España. Pues como es sabido, Franco adelantó una hora en la primavera de 1942 pero ya no la retrasó en otoño, viviendo los 40 años de su mandato en el GMT+1. Que equivale, como se ha dicho, al horario de verano en Europa y de invierno en España.
Si explico todo esto es a mayor gloria de un gran catedrático de sociología, amigo entrañable, Jesús M. de Miguel, que tiene vara alta en Moncloa. Debe convencer a Pedro Sánchez de la maniobra maestra. ¿Qué los países europeos quieren su horario de verano? Magnífico. Todos al GMT +1. Adiós a Greenwich en pro de la cultura moderna. ¿Qué los españoles vamos a tener la misma hora todo el año? Formidable, no conozco un regalo mejor…siempre que sea ese mismo GTM + 1 del que disfrutarían los europeos, nuestro horario de invierno.
Sin embargo, si Sánchez convence a los europeos (que ya están convencidos) de vivir todo el año en GTM +1 debería ser capaz de dejar a España todo el año en ese mismo GTM + 1 y no en el horrendo GTM +2 en que estamos ahora. Para ser honestos, tendríamos que recordarle que esa hora, adelantada en +1 todo el año, deseada por los países europeos, saludable, probada en todas las generaciones que nacieron aquí entre los años 50 y los 60, esa hora…¡Es la hora de Franco! Franco la inventó, seguramente por error, descuido, o pura chiripa, porque si bien se dice que la impuso por seguidismo de Alemania, pasada la II guerra mundial no la tocó… en 40 años.
En este cincuentenario, cuando por fin los árbitros han recibido la instrucción de que conste su nombre y primer apellido (se acabaron los Mateu Lahóz, Guruceta Muro, Sánchez Arminio) porque hubo un tal Franco Martínez que molestaba al dictador con los insultos que recibía y decretó: “Desde mañana, los árbitros con sus dos apellidos". En este cincuentenario, digo, bien podría recuperarse uno de sus aciertos…qué le vamos a hacer.
Aunque para no ofrecer tan pesada píldora a nuestro presidente ya le adelanto cómo debe bautizarse este magnífico hallazgo, en España y en Europa: LA HORA ESPAÑOLA: genuina, única, irrepetible y exportable. Pueden pasarme los 700 asesores alguna limosna.
Y yo le votaré.