El secuestro en unidad de acto a la soberanía nacional y a la democracia española
Cuando en un estado todos sus resortes y contrapoderes están secuestrados y diezmados, como es el caso, cuando un Fiscal General del Estado tiene la osadía de ir a ver a SM el Rey el miércoles, cuando este mismo Fiscal tiene la osadía de estar en la apertura del año judicial presidido por SM el Rey, y que todo eso lo haya exigido así el presidente del Gobierno al avalar a un Fiscal General del Estado procesado, entonces es que tenemos un estado fallido y falto de la más mínima norma de conducta decente.
Una cosa es lo que la ley permite y otra es cuando un Fiscal General del Estado que esta precisamente para proteger la ley, la contraviene y de nuevo el presidente del Gobierno en la mismísima televisión publica pontifica diciendo que el fiscal general es inocente . Algo jamás visto en una democracia y donde se saltan todos los resortes de protección de dicha democracia ni más ni menos que a cargo del presidente del Gobierno. Evidentemente la ley no prevé la prohibición de asistir a un acto oficial a un Fiscal General del Estado procesado, como tampoco prohíbe la Constitución pactar con golpistas y filoterroristas, dado que eso no se le ocurre a nadie que no sea un perverso anti demócrata y un loco, cuestiones estas que tendrán que legislarse para que no vuelvan a ocurrir.
Nunca se había llevado a escena pública por parte de un presidente de Gobierno y en la televisión pública el lunes pasado la afirmación de que los jueces responden a intereses políticos y que el fiscal general procesado, es inocente. Nunca se había dicho que aún sin presupuestos seguirá gobernando y nunca se había dicho que la corrupción en proceso de investigación judicial de su familia es una invención.
No contento, en su visita a Londres de esta semana pide una entrevista en The Guardian para volver a repetir un presidente de Gobierno de España, que en España los jueces prevarican y por cierto, sin saber que ha negociado con Gibraltar ya que incluso es muy capaz de renunciar a nuestra soberanía.
Todo esto aderezado con la foto de un representante del Estado visitando a un prófugo de la justicia y golpista en una pseudo embajada de Cataluña en Bruselas, también mandado por el presidente del Gobierno.
La gravedad de todo lo ocurrido es de tal calibre que nuestra democracia está secuestrada por un presidente de Gobierno impostor y traidor que no conoce la mínima norma de conducta, ni la mínima norma ética . Es muy ilustrativo así mismo como es el único que avala a un usurpador en Venezuela, atacando de nuevo las normas básicas de la democracia.
Un secuestro del estado de derecho, en modo golpe de estado de última generación, señalando a diario al poder judicial como jamás se hubiera nadie imaginado, mientras está el mismo sentenciado mundialmente por su corrupción y por su ataque al Estado de Derecho en la prensa internacional, y aún así tiene la osadía de querer salir en un medio británico para mostrar que todo le da exactamente igual y además, como decíamos antes, para denunciar a los jueces de la nación que gobierna y hacerlo además desde el extranjero.
No hay calificativos posibles para siquiera aproximarnos a saber cómo abordar esta situación y cómo poder describirla…
Es algo auténticamente indescriptible. Tenemos a una persona que ha perdido el más mínimo juicio combinado con una soberbia digna de ser estudiada por los expertos dada su rareza.
La imagen mundial del primer ministro español en la apertura del año judicial habiendo ordenado a “su” Fiscal General procesado asistir a dicho solemne acto tras sus declaraciones públicas en televisión española y en la prensa extranjera, atacando a los jueces y erigiéndose en jefe de un “Súper Tribunal Supremo “ sentenciando la “ inocencia de su Fiscal General “ , todo en esta misma semana, con la presidencia de SM el Rey, que representa a todos los españoles, muestra al mundo que ha secuestrado la libertad y la democracia de todos los españoles, ordenando todo su espectáculo desde su palacio y teniendo a todos los poderes del Estado, desde su Jefatura, en ese acto, sometidos a su mandato y capricho perverso, traidor y criminal.
Los españoles hemos de rearmar nuestro arsenal moral para reafirmar nuestra unión en los valores que la dignidad y la decencia exigen, al tiempo que actuar, con todos los medios democráticos a nuestro alcance, para que esta gravísima situación, de pleno secuestro a nuestra nación y a la democracia, podamos todos darla, de una vez, por terminada.