La Montaña Mágica

Palestina libre y en paz

Después del exterminio llevado a cabo por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, que arrojó seis millones de judíos muertos, y cerca de un millón de romaníes (gitanos), el mundo pensó que era hora de abandonar la guerra, y enrutarse hacia una paz duradera.

El resultado de esta nueva visión, fue la creación de las Naciones Unidas, en 1945, que se inició con 51 estados, y hoy cuenta con 197 países miembros de esta organización.   

Luego de la conformación de este organismo internacional, que tiene como misión fundamental, velar por la paz en el mundo y hacer respetar el derecho internacional humanitario, el mundo pensó que el genocidio y el sometimiento de los pueblos a sangre y fuego, iban a ser cosa del pasado.

Pero no fue así. ¿Cuántas guerras se han librado en el mundo de esa época hasta hoy? ¿Cuántos genocidios? ¿Cuántos exterminios?

El siglo XXI debería haber comenzado con una visión de esperanza para la humanidad. Pero No. El genocidio de Israel, que dirige Benjamín Netanyahu hace dos años, contra la población de Gaza, es una infamia, que rompió con la voluntad pacifista de las Naciones Unidas.

El secuestro de doscientos cincuenta y un judíos por parte de Hamas es una acción condenable, pero esto no justifica el exterminio salvaje a que está siendo sometido el pueblo palestino.

En sus recientes declaraciones, Netanyahu ha manifestado que quiere llevar a cabo una acción militar, de tierra arrasada, contra Gaza.

A Benjamín Netanyahu y Donald Trump no les gusta la palabra “genocidio”; por esto, el presidente de Estados Unidos castiga con aranceles a los países que luchan por la paz en el Medio Oriente.  

¿Cómo nombrar a esta barbarie donde han muerto más de sesenta mil palestinos, y quince mil niños gazatíes han sido sacrificados?

¿Cómo llamar, entonces, a esta antigua región, acosada por el hambre y el saboteo deliberado a la ayuda humanitaria?

Los países que le venden armas y municiones a Israel deberían detenerse, para no convertirse en cómplices de un genocidio anunciado.

Si Netanyahu arrasa con Gaza, no sólo pierden los gazatíes, sino el mundo entero.

La Asamblea General de las Naciones Unidas, que se reunirá en septiembre próximo, deberá aprobar el reconocimiento de los dos Estados: Israel y Palestina.

Tendrá que garantizar el cese inmediato al fuego, y la necesidad de un Acuerdo de paz en el Medio Oriente.

De lo contrario, el siglo XXI comenzará con un nuevo holocausto; esta vez, en manos de las antiguas víctimas judías, poniendo en peligro la paz y la estabilidad que tanto necesita la humanidad.