Reflexiones Australes
Orense
28 de agosto de 2025 (11:03 h.)
A la distancia, si desde Chile, me informo que en España una senadora del BNG -un partido opositor nacionalista de izquierdas- de apellido Da Silva, ha recriminado airadamente a una autoridad del gobierno español por referirse a Orense y no a Ourense, en una exposición vinculada a la ola de incendios que azota a Galicia. Recuerdo haber visitado Galicia por primera vez hace 45 años, cuando siendo un joven profesional, cogí un Talgo en Madrid con destino a La Coruña. Nunca olvidaré haber aprendido rápido, que la bella Galicia la conforman La Coruña, Pontevedra, Lugo y Orense, todas provincias y ciudades que visité y he vuelto a visitar más tarde. Me resulta chocante que una senadora, en medio del drama español, generado por los incendios, pierda su tiempo exigiendo algo tan extraño. Muchas ciudades en todo el mundo tienen nombres en distintos idiomas: Nueva York-New York, Londres-London o Moscú-MockBa. Hay otras como París, Berlín, Buenos Aires o Santiago de Chile, con nombre único. Estando en Madrid, lo lógico y lo racional, es hablar de Orense. Así como en la cámara de los comunes se hablará de London y no de Londres. Desde el exterior resulta ridículo, por usar un término suave, que en Madrid se utilice traducción simultánea en el congreso, para satisfacer a minorías que, les guste o no, forman parte de España. Atacar el español y transformar la geografía, las rutas y la idiosincrasia de España en una infinidad de denominaciones, entendibles para unos pocos, parece un despropósito. España, desde la perspectiva de un descendiente andaluz, requiere unidad geográfica, idiomática y política. Por supuesto que cada comunidad, podrá preservar su lengua en paralelo, pero jamás a costa de sacrificar el español. ¿O pretenderá la señora Da Silva, que cuando nos visiten empresarios gallegos, vascos o catalanes, les tengamos preparada traducción simultánea? Para mí, y para siempre, hablaré de La Coruña y de Orense. Hablaré de España, a pesar de que en una reciente visita empresarial a Bilbao, sus gobernantes locales nos hablaban en Euskera y nos “informaban” que el País Vasco limitaba al sur, con España. Con mucha sinceridad y como admirador de España, les invito a reflexionar, pues la potencia del Reino está en su diversidad, pero también en su unidad. Si la destruyen y la atacan, empezando por el idioma común, no tendrán peso alguno en su propio país y menos en Iberoamérica. Habiendo visitado Navarra y el País Vasco en varias ocasiones en los últimos dos años, he observado una creciente persecución a España, a su bandera y al idioma español. Exigencias idiomáticas para acceder a un empleo, desprecio de algunos al expresarse en español y falta de empatía de otros por no ser “parte de ellos”. Ojalá que las cosas retornen en España al sentido común. En modo de esperanza, sepan los españoles, que Chile enfrentó hace pocos años una embestida “multicultural”, que pretendía fraccionar el territorio, promover otras banderas y lenguas y destruir el alma de Chile y sus tradiciones. Una gran mayoría dijo NO, y no solo eso, dentro de este año las izquierdas separatistas, multiculturales y progresistas, sufrirán una estrepitosa derrota, que permitirá a Chile retomar la senda del crecimiento y del desarrollo que jamás debió perder.