Misa por las víctimas de la DANA
Desde los solemnes latidos de nuestra cultura ancestral se celebró y se recordó a todas las víctimas de la DANA en la solemne misa-funeral oficiada ayer en la catedral de Valencia por el arzobispo Enrique Benavent. Los familiares de las víctimas colmaron una catedral que hervía en esa emoción que late en los seres humanos que han sufrido la pérdida y la desolación, ante un episodio natural muy mal entendido y muy mal tratado por los políticos que deberían protegernos y que, sin embargo, no lo hicieron. Porque sus politiqueos, sus intereses partidistas, sus cálculos electorales y sus cuitas estaban por encima de cualquier otra posibilidad. Es decir: se miraron el ombligo y les importó un bledo toda esa tragedia que se había cebado con los habitantes de los lugares afectados en la tragedia.
Los Reyes de España volvieron a estar donde debían de estar y estuvieron ayer, de nuevo, con los valencianos para sentir, entender y compartir “desde dentro” el intenso dolor. Sus Majestades los Reyes de España fueron recibidos con la alegría con la que se recibe a quien es bienvenido a una celebración de intimidad. Pero los políticos no pudieron, ni tan siquiera, entrar por la puerta principal, porque no representaban a nadie. Se representaban a ellos mismos y a sus intereses de pacotilla. Fueron, eso sí, como los muñecos que se representan en las farsas y que manifiestan sus miserias para que las perciban los demás. Los políticos asistieron de luto y con cara compungida, para que nadie pudiera decir que no estuvieron presentes en un acto de tanto recuerdo. Los políticos españoles entraron por la puerta de atrás. Entraron por la gatera, que es por donde se entra cuando no es posible dar la cara y ofrecerse a todas las personas a las que se dejó de lado y se atendió tan mal.
España vuelve a ofrecer una imagen patética de la clase gobernante, de la clase que cree que está por encima de los demás y que hace tan poco por los demás. La presencia de los políticos fue de nuevo forzada y fue incomprensible la ausencia del Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, que otra vez más se ha escabullido para evitar ser abucheado. Envió a la vicepresidenta María Jesús Montero, al ministro Ángel Víctor Torres y a la ministra Diana Morant, que en obediente comparsa y de luto riguroso y fingido formaron un séquito realmente lamentable. Otro que tal bailaba, también estaba allí, era el Presidente de la Generalitat Valenciana Carlos Mazón, que seguramente pretendía resarcirse del vergonzoso acontecimiento que celebraba mientras la DANA se cebaba con sus conciudadanos.
La política española de los últimos años deja mucho que desear y por esa razón los ciudadanos abucheamos y detestamos a los políticos que solamente se interesan por sus propios intereses. Valga la redundancia…