La mirada de Ulisas

Léxico empleado que confunde y aturde el sentido común

LA MIRADA DE ULISAS, que tantas preguntas se hace sobre la conducta humana, quisiera comprender el por qué determinados intelectuales piensan que al emplear un léxico sofisticado y rimbombante se creen más inteligentes que otros seres pensantes que se libran a un texto menos presuntuoso.  Por supuesto, la mirada entiende que existen ámbitos donde la terminología exige mayor prestancia y lucimiento, pero francamente desplegarla en todo momento resulta un tanto aburrido y hasta pretencioso. Más aún, cuando se trata de herir a alguien en una discusión y se toma del diccionario términos de poco uso para descrestar o intimidar. En realidad, con palabras menos rebuscadas se hace más claro y eficiente el argumento o la discusión.  Cuando se envuelve en un derroche enciclopédico el bostezo o el fastidio resulta la respuesta. El intentar desplegar un conocimiento para apabullar al interlocutor puede caer en lo ridículo, ya que con una simple y contundente respuesta se llega más lejos. Hay quienes se regodean en la palabra con la pura finalidad de intimidar al interlocutor. Y ciertos escritores creen que entre más hermético sea su lenguaje alcanzan mayor dominio de la lengua y de las posibilidades de escribir mejor.  Muchas veces lo logrado es la confusión, que sólo ¡tal vez! ellos entienden sin pensar en el lector ni en la repercusión del texto. Les basta deducir que la buena literatura sólo es para iluminados. Lo mismo hacen algunos petulantes, que se sientan en el conocimiento para amilanar a los demás.

La mirada de Ulisas se interroga si hoy con la imperiosa obligación de competir con el tiempo, que ya no permite esos interminables discursos que no llegan a la mente ni al corazón del interlocutor, se deba acudir a la verborrea que despliegan los llamados eruditos con la certeza de que su discurso se hace más profundo, como si el contenido tuviese que recurrir a una alocución o un lenguaje más complicado. Los políticos también son genios en ese tipo de manejo de los vocablos.

Últimamente, la mirada de Ulisas se ha visto atacada en sus conceptos por emitirlos con la necesaria y prudente claridad al exponer sus pensamientos. Una visión que se basa en hechos y los describe para darle mayor sustento a lo expuesto. En sus elucubraciones esa mirada, que anhela expresar sus sentimientos y sobre todo sus posiciones, se halla frente a respuestas que distraen el contenido al llenarlas con un léxico que intenta acallar la verdad. Aunque se dice que cada persona hace acopio de sus realidades y las desarrolla a su manera. Y sin duda alguna está en su derecho, pero a la mirada de Ulisas lo que le parece incoherente o incorrecto es cuando no se guarda la altura de la discusión y entonces aparecen esos discursos que suenan a ofensas o payasadas intelectuales. Se llenan de palabras que desempolvan de las universidades para creer que con ellas tienen la razón o que pueden tergiversar la historia para apoyar sus argumentos en falacias. Con temas que resultan espinosos y sesgados se produce más esta situación. En vez de lograr su cometido, caen en un ridículo de aquellos donde la paciencia se agota y una sonrisa irónica habita en el monólogo que se establece. Desaparece el diálogo. Ya no hay con quien hablar y menos disertar.

En un artículo pasado, la mirada de Ulisas mencionó al erudito y famoso doctor, científico y poeta Ernesto Kahan, un profesor que recibió en sus manos en l985 el Premio Nobel de la Paz en nombre propio y junto a sus colegas, que se hicieron portavoces de un sentimiento que no les desampara: la preocupación por la prevención de la guerra nuclear.  Una alarma y peligro que se tornan espada de Damocles en una época tan ambigua para la Humanidad, donde aparece la polarización de los criterios y un derrotero tan problemático. El poema de su autoría ilustra bien lo que la mirada de Ulisas quiso articular en esta nueva entrega al diario de Madrid. Un medio que sabe publicar opiniones diversas para que cada lector pesque lo que mejor le convenga, sin la necesidad de recurrir a censuras ni a críticas. Permite que la expresión sea tan libre y honesta como la escrita por sus colaboradores, lo que le da el prestigio y el aplauso que se merece al abrir un espacio que cada día cobra mayores lectores y adeptos.  La mirada de Ulisas comparte el poema para que el suscriptor y lector capture su contenido con el sentido que cada verso entrega.

Ernesto Kahan afirma que fue escrito en el día de ayer o sea el 20 de junio del 2025 después de soñar con mensajes arrogantes

“LOS SOLEMNES ARROGANTES”

¡Oh, “Dueños de la verdad”,
tan seguros, tan soberbios
y tan distantes de Sócrates,
Diderot, Descartes, Einstein y Gauss!

Me hablan y escriben con discursos
esperando ser aplaudidos
por su público y toda la humanidad,
que sienten ser su defensor y bandera.
¡Hey Macron, Pedro Sánchez y tantos más!

¡Qué arrogantes!
¡Qué incapaces de amar con sinceridad y ternura
a cada componente de esa humanidad y a cada
piedra del camino!

Narcisismo que, es más que espejo e ignorancia,
que es el zorro que no alcanza a las uvas
del parral y dice para qué, si “están verdes”
¡Ah, cuanto más arrogantes, más solemnes!

¡Ah juicio, dame espacio y tiempo!
¡Ah Krishnamurti, muéstrales la montaña de la verdad
y sus piedras preciosas!
¡Ah yo mío, aguanta y dame calma!