Un Espresso en el Cielo

Historias sobre los benditos abogados

Quien no haya vivido bajo una piedra en los últimos siglos habrá escuchado alguna historia sobre abogados de dudoso actuar.

En mi vida he elegido actividades que están relacionadas, prejuiciosamente, con el mal. Sí, soy abogado, no “del diablo”, aunque eso es lo primero en lo que piensan muchos al escuchar hablar sobre mi profesión. El mal es generalizado. He visto abogados que cobran sumas estratosféricas para efectuar entregas llenas de errores. Y, abogados sin grandes carteras, que trabajan desde la mezquindad profesional, haciendo menos que lo básico.

Otro epíteto que he escuchado relacionarse con mi profesión es el de “sinvergüenza”. Personalmente, mucha vergüenza no tengo, pero eso no me convierte en un sinvergüenza, ¿o sí? Hay que distinguir. Pues con esa reputación he tenido que convivir en mis más de diez años de carrera. Siendo positivo, no ha estado tan mal en la práctica, porque parto de una base comparativa desde la que no es muy difícil construir algo mejor. Es dentro de esos parámetros donde conozco a muy buenos profesionales, de los cuales no vengo a hablar hoy.

Luego, ingresé al mundo inmobiliario en Madrid, creyendo dedicarme a algo más comercial que legal. Entonces, he conocido el afán de algunos abogados de meterse en negocios con evidente conflicto de intereses, todo por participar de comisiones por intermediación, cuando no son intermediarios, sino mandatarios de sus representados. La línea no es fina entre una cosa y otra, más bien es bastante gruesa. Tampoco es una zona gris, sino que está debidamente demarcada. ¿Existe confusión o desconocimiento en algunos? Seguramente, es la sinvergüencería de los otros. Y así, es fácil escuchar o vivenciar sobre los negocios frustrados, porque el abogado se niega a avanzar si no se le paga comisión por intermediación, aunque ya recibe honorarios por su representación y mandato. Hablamos de abogados por título, pero sinvergüenzas de profesión.

No me cabe dudas. Cualquier persona que ha trabajado el tiempo suficiente en este sector, tendrá alguna historia que contar al respecto. Por supuesto, no hay que generalizar, pero sí hay que tener cuidado con quienes se elige para gestionar.