Fallas valencianas. “El Quinto Elemento”
El 2024 vivido en la Comunidad Valenciana fue un año fatídico, comenzó un 22 de febrero con los incendios en las torres del Barrio de Campanar, un barrio renovado con propiedades de importancia edilicia, que en breves momentos cogieron un fuego mortífero y transformaron la apacible rutina de un barrio en un infierno, he cubierto la noticia en su momento para medios del extranjero y ver aquello era dantesco, nunca imaginé que aquella catástrofe de fuego pudiera ser superada en menos de un año por otra calamidad aún mayor, pero esta vez, por el agua. Estuve allí demasiado cerca de todo, habitando en Torrent, me sorprendió una alarma invadiendo el móvil alrededor de las 20.10 hs. indicando una emergencia (nunca lo había vivido salvo en Italia como simulacro por terremotos), en ningún momento sospeché la magnitud de lo que estaba ocurriendo, veía una nube negra que giraba y amenazaba tormenta, pero a rigor de verdad, no cayó una gota, en breves momentos quedamos sin luz, y sin servicio de comunicación telefónica, sin poder salir del piso por la emergencia.
Pasé la noche a oscuras y en total incertidumbre. Por la mañana sin agua, y sin respuestas, al salir a la calle me sentí en una escena apocalíptica “hollywoodense” la gente buscando con sus brazos levantados señal que los volviera a conectar al mundo, todos hablando del desastre. Con apenas un atisbo de señal, fueron arribando los mensajes, las llamadas, los videos, la terrible realidad…
Podría detenerme en el dolor y en el llamado a respuestas necesarias de tantos que a cuatro meses del desastre aún esperan respuestas y sólo tienen incertidumbre, y hago un llamamiento desde este humilde espacio a las respuestas necesarias sin especulaciones políticas.
Quiero sin embargo detenerme, en un “quinto elemento” que hace grande al Pueblo Español y especialmente, en esta ocasión, al Pueblo Valenciano, la enorme solidaridad surgida a partir de los desastres, como se ha visto en las imágenes cada uno desde su lugar hizo lo que estuvo en sus manos, más allá de los propios riesgos, más allá de las propias limitaciones, en conjunto. Fueron las manos de la gente las que sacaron del barro a quienes estaban hundidos en él.
Hoy apenas a dos meses del inicio de este nuevo año 2025 Valencia, vuelve a ponerse de pie, dando inicio a su fiesta Mayor Las Fallas Valencianas, quiero hacerme eco del mensaje de la Fallera Mayor Berta Peiró quien ha invitado a vivir las fiestas en “UNA CIUDAD DE SOLIDARIDAD INFINITA”. Como hijo adoptivo de esta Tierra Española quiero dar fe de esa solidaridad que se fusiona en colores e idiomas, que sigue siendo “Antorcha” (en definitiva eso son las Fallas) guía de un mundo que debe recordar siempre que somos habitantes de una casa común.