Prisma Internacional

De Eurovisión a Auschwitz

El festival de Eurovisión, presionado por varios países antisemitas del viejo continente y algunos artistas “independientes”, pretende excluir a Israel de este evento musical, en un nuevo gesto hostil hacia el pueblo judio. 

En plena escala antisemita en el mundo, paradójicamente propiciada por los ataques de Hamás contra Israel, en los que fueron asesinados de una forma bárbara 1200 civiles israelíes y otros 251 fueron secuestrados, el festival de Eurovisión se ha sumado a esta nueva “moda” y pretende excluir a Israel de esta competición musical que tiene más de espectáculo que de exhibición artística de calidad.

Nada más celebrarse la edición del 2025, el ganador austriaco  del evento, JJ, dice que es "decepcionante" que Israel siga participando en el concurso de la canción. "Me gustaría que Eurovisión se celebrara en Viena el año que viene y sin Israel. Pero la pelota está en el tejado de la UER. Nosotros, los artistas, sólo podemos alzar la voz al respecto", declaró el cantante de 24 años al diario español El País. Este sujeto, llamado realmente Johannes Pietsch, hace honor a su nacionalidad, la austriaca, uno de los países más antisemitas del mundo y donde el Holocausto revistió características especialmente crueles. De los austriacos siempre se dijo que eran malos soldados y buenos nazis, mientras que de los alemanes ocurría viceversa, ¿será así, joven Pietsch?

Para echar más leña al fuego de esta polémica, la tolerante, democrática y pacífica Islandia se ha unido a la lista de la infamia antisemita. En efecto, el pasado 1 de julio, Stefán Jón Hafstein, presidente de la junta directiva de la Corporación Nacional de Radiodifusión de Islandia, ha hecho pública su petición para que se excluya a Israel de Eurovisión con motivo de la guerra israelí en Gaza. Lo que se pretende, en definitiva, es excluir el legitimo derecho de los músicos y artistas judíos de  participar en este evento internacional, en un gesto que recuerda mucho a las primeras medidas antisemitas en la Alemania nazi, en la que médicos, juristas, abogados, profesores, artistas y deportistas fueron excluidos de la vida política, social y económica por los nazis, pavimentando el camino hacia el Holocausto. Aquel al que se le priva de sus derechos es susceptible de perder todo, hasta la vida misma. 

España se suma al corifeo antisemita

A este corifeo canallesco y de mal gusto en contra de Israel, se le ha unido el presidente de Gobierno más antisemita de Europa y de la historia de España, Pedro Sánchez, quien ha pedido que se excluya a Israel del Festival de la Canción de Eurovisión por su acción militar en Gaza. Amichai Chikli, ministro de Asuntos de la Diáspora del Gobierno israelí, señala a "Jean-Luc Mélenchon en Francia, Jeremy Corbyn en Gran Bretaña y Pedro Sánchez en España" como políticos de la "izquierda radical" que "colaboran con los islamistas".El ministro acusa a Sánchez, Mélenchon y Corbyn de apoyar a quienes "justifican los actos de masacre y violación de Hamás del 7 de octubre (de 2023)”. Nada más ocurrir esos actos contra ciudadanos israelíes indefensos, casi todavía con la sangre caliente y enterrando a los asesinados, Sánchez reconoció a Palestina.

A este respecto, el ministro Chikli aseguró:«Creo que Sánchez es un antisemita. No quiero ninguna conexión con Sánchez, no respeto a Sánchez. Creo que llamar a establecer un estado palestino justo después del 7 de octubre es un premio al terrorismo». Más claro y rotundo no se puede ser, a buen entendedor, pocas palabras. 

Pero, tal como ocurrió entre 1933 y 1939 en la Alemania, del discurso antisemita y la exclusión de los judíos, se suele pasar a los crudos hechos. De las leyes raciales de Núremberg, aprobadas en el año 1935, a la Noche de los Cristales Rotos, en 1938, prólogo del Holocausto y que significó el envío de entre 30.000 a 40.000 judíos a los campos de la muerte, había una delgada línea roja que fue traspasada por los nazis ante la inhibición del mundo, que prefirió mirar para otro lado. De las palabras se pasaron a los hechos, de las amenazas a los crímenes. De las palabras altisonantes y amenazadoras de Hitler a Auschwitz.

Así ha ocurrido ahora con la decisión de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) de excluir por completo al representante de Israel en 2025,  Yuval Raphael, del vídeo recopilatorio oficial del álbum, a pesar de su segundo puesto y su contundente victoria en la votación del público. Aquello que no existe, de lo que no se conserva siquiera ni un fósil, como ocurre ahora con esta canción, ¿será que realmente no ha existido? Ese era, precisamente, el sueño de los nazis: borrar de la faz de la tierra todo vestigio o resto del pueblo judío exterminado. No lo consiguieron, pero sus discípulos más aventajados viven entre nosotros. Mientras los europeos contemplan plácidamente Eurovisión en sus casas sin cuestionar nada, en su vientre germinan las semillas del odio hacia el judío. Demencial que no hayamos aprendido de nuestra propia historia.