La Montaña Mágica

Donald Trump bañándose en las playas del Caribe

Los latinoamericanos hubiéramos deseado ver a Donald Trump bañándose en una playa prodigiosa del Caribe con una tanga narigona, una camiseta de palmeras, y un protector solar nivel - 100.

Pero no es así. El impredecible presidente de Estados Unidos acaba de arribar al mar Caribe con barcos, portaviones, y aviones de combate, bajo el pretexto de combatir el Cartel de los Soles, que supuestamente dirige el presidente Nicolás Maduro de Venezuela.

La presencia militar gringa, donde ya ha habido veinte lanchas incineradas y unas ochenta y tres personas muertas, es una intervención ilegal que viola los tratados internacionales sobre los mares territoriales, como lo establece la Organización Marítima Internacional -OMI-.

Con su política internacional, Trump quiere volver a los aciagos momentos de la historia, cuando los Estados Unidos invadían territorios ajenos, arrasando con todo, y dejando a los países en la ruina.

La presencia militar de Estados Unidos es una afrenta no solo contra Venezuela sino contra América latina, que no respeta la independencia y soberanía de nuestros pueblos.

Los latinoamericanos podemos estar o no de acuerdo con el gobierno actual venezolano, pero esto no justifica una intervención contra nuestro país hermano.

En las últimas horas, Trump está, así mismo, desafiando a Colombia por el cultivo y producción de coca.

Pregunta: ¿quién combate los carteles de distribución de la droga en el país del norte?

Los medios internacionales afirman que el tema del Cartel de los Soles es solo un pretexto de Trump para derrocar a Nicolás Maduro, y quedarse con el petróleo venezolano.

Algunos cipayos colombianos y venezolanos han subido hasta Washington para indisponer al gobierno gringo y apoyar a Estados Unidos en su loca aventura militarista.

Todos sabemos cuándo comienza una invasión militar (verbigracia, Rusia contra Ucrania), pero nunca sabemos cuándo termina.

El Papa León XIV acaba de condenar la intervención militar de Estados Unidos, y ruega por una solución diplomática.

Los colombianos, sin excepción, debemos condenar este tipo de intervenciones militares, que rompen con la paz en la región. 

Si Donald Trump ataca militarmente a Venezuela, será una afrenta para toda América latina.