Símbolos sin tiempo

Desinformación en la política

¿Los gobernantes que mienten a los electores están desinformando, o están jugando al juego de la falsa democracia? Es este el desafío que se anota en la eclosión del tiempo que fecunda un universo lleno de verdades que nacen con retazos de mentiras…La desinformación en la política está lastrando nuestra democracia, pues conforma un paisaje fecundado en diversos ambientes que se anotan cuando me hago preguntas que nadie me responde.

La desinformación se impulsa en el ciudadano que estando erróneamente informado alienta “una hipotética verdad” que da cobijo a quien fabrica bulos y alimenta las largas espirales que amparan el desorden, y esa desinformación es un lastre para la democracia, pero también los gobiernos camuflan decisiones que a todos nos afectan. Filtran informaciones tan sesgadas que se hacen engañosas y eso violenta a quien divulga la verdad falseada o la verdad-mentira. Y no son, precisamente, los medios de comunicación quienes siempre desinforman, ni, tan siquiera, esas redes sociales tan difusas que muchas veces hierven impregnadas con muchos intereses de nuestros gobernantes. La democracia ha de ser entendida desde la libertad, desde la libertad verdadera que no vive ni desea vivir entre mensajes adulterados. Por eso el horizonte que tenemos delante de nosotros lo ha abonado el gobierno, lo alimenta el gobierno cuando anuncia lo falso. Aunque se escude en la agenda de “Davos” para justificar sus medidas. Porque, en muchas ocasiones, quienes proponen medidas para que los seres humanos de a pie no contaminemos llegan en un jet privado que contamina en un solo viaje lo que cada uno de nosotros en toda nuestra vida. Yo pido predicar con el ejemplo… Cuando en los discursos políticos nos cuentan una cosa y hacen la contraria ¿Sabe alguien por qué Sánchez nos dijo a los españoles que pactando con Pablo Iglesias no podría dormir y pactó a los pocos días? ¿Sabe alguien qué es lo que vamos a ceder a los catalanes para que este gobierno siga gobernando? ¿Sabe alguien por qué han obligado a dimitir, con tal premura y tal oscurantismo, al ya expresidente de Telefónica José María Álvarez Pallete? ¿Sabe alguien qué utilidad ansían los políticos con estas decisiones que han tomado de un modo tan urgente? Todo eso y mucho más vive y colea en el mundo de la desinformación… 

Desinformar es dar pábulo a la mentira, Sánchez debería saberlo. Desinformar es latir en el mundo de los intereses ocultos que jamás explicitan lo que esconden. Desinformar es equivocarnos y por ende tratarnos con desprecio. Es crear un futuro precario para una sociedad precaria que ha de vivirlo ausente.

La desinformación trae incertidumbre. Alimenta equívocos, contradicciones y, sobre todo, confusiones. Por eso el otro día mientras oía hablar y narrar sus fantasías al ministro Carlos Cuerpo en el foro de inversores en el Spain Investors Day en Madrid me vino a la memoria la novela cervantina de “El casamiento engañoso” y recordé que había dicho Peralta que “el que tiene costumbre y gusto de engañar a otro no se debe quejar cuando es engañado”