Los cien cerditos, el pan tumaca, los rusos… y Eurovisión
Estos son mis principios y si no te gustan, tengo otros. —Groucho Marx
Érase una vez una cerda que vivía cerca de Barcelona y tenía tres cerditos a los que llamó Luficiento, Lifilacio y Lufipelo. Como eran muy pobres y no tenían qué comer, les dijo: Hijos, ya sois grandes, así que buscad vuestra propia fortuna. Los tres salieron de casa y anduvieron buen rato hasta que vieron un contenedor repleto de viandas. Se acercaron y encontraron un bocadillo a medio comer, así que los tres le dieron buena cuenta y se quedaron allí dormidos.
Esta hermosa historia es la que podrían haber narrado los ilustrados de la cadena Radiotelevisión Española —RTVE— pero prefirieron atender a la hipótesis inaugural de la Generalidad en torno al asunto de los jabalís, la peste y un embutido contaminado. Es la perfecta versión de sobremesa convertida en titular, porque sin sonrojarse optaron por publicarlo en las redes sociales pero sin declarar si era «pan tumaca» o simplemente «pan de molde»; como tampoco nos han aclarado si llevaba chorizo cantimpalo, panceta, mortadela o fuet ¡Metidos en detalles!
Entretanto los cerdos salvajes —el jabalí— lleva campando a sus anchas por toda la península sin conocer fronteras ni patrias chicas, sean independientes o independentistas, de derechas o de izquierdas. Corren los cerdos por campos y montes, por valles y dehesas, irrumpen en pueblos y ciudades, arrasan cosechas y pasean por las carreteras y autopistas. Hay jabalís por todas partes, como también hay ilusos que salen a darles de comer y hacerse fotos con sus hijos. ¡en fin! Esta nuestra es la nueva crisis, la última alarma epidemiológica, y todo después del pollo, el pavo, el pájaro…, las saunas, las cátedras, los hermanos, los fugados y mucho más, pero en este caso diré que al presidente le viene fenomenal para poder acariciar el pelo a Junts.
Pero volviendo sobre el asunto de los cerdos, leemos que la afamada revista de caza y pesca Jara y Sedal se ha hecho eco de este singular episodio y no ha querido dejar a un lado la casualidad en relación con la zona de control por peste. Dicen que concuerda con el lugar en donde se habría impulsado uno de los experimentos más polémicos y caros para el control de esta especie y es que, al parecer la Universidad Autónoma de Barcelona habría realizado una vacunación anticonceptiva de jabalinas, impulsado —eso sí— por diferentes asociaciones animalistas.
¡Qué espectáculo! Pero como no es suficiente, nuestros amables investigadores han añadido una nueva posibilidad. Dicen que la peste porcina africana pudo haberse originado en Rusia ¡casi nada! Ahora uno se imagina a Putin con un mono, botas de goma y una gorra de la Caja Rural, criando garrapatas africanas en la estepa o fundando la provincia asiática de Kenia integrada en la nueva Rusiáfrica subsahariana ¿Para qué necesitamos al CNI si tenemos brillantísimos expertos que redactan novelas con total soltura?
Pedro Sánchez junto con sus adláteres, presto y marcial, aplicó urgentísimo el artículo “155 Porcino” y, frente al “si necesitan ayuda, que la pidan”, en menos de 30 segundos cerró un gran perímetro “de zona infectada” y plantó a la UME —un total de 117 efectivos y 25 vehículos— en un territorio donde nadie les quiere y, de paso, también envió a la Guardia Civil pero manteniéndose escondidos para que nadie les vea.
Llama la atención, para este nuevo asunto, que nadie eche de menos a la plaga de “ecologistas de lo absurdo”. Dicen las malas lenguas que son los que han presionado para que los bichos salvajes corran libremente, desnudos, se reproduzcan, que lo hagan a su arbitrio y sin control ni registro. Esta es la supremacía del buenista, pero también lo es del descuido político. Hoy cercan a los puercos y les disparan, los exterminan para comprobar, controlar y evitar que la peste porcina africana se extienda, pero llama la atención la falta de almas cándidas gritando por las calles y suspirando en su selectiva ternura militante, al igual que hicieron en su día con el perrito Excálibur cuando se logró detener un brote de ébola.
Lo peor de todo es que cientos de jabalís sin contaminar irán al cielo de los puercos y, entretanto, los españoles de bien nos quedaremos sin cerdos, sin pollos, sin tomates y lo peor…, hasta sin Eurovisión. Pero esto sí, Eurovisión, esto sí que hace mucho daño, nuestra canción, los nervios y esos puntos que nunca llegan.
Hoy vivimos en el estado arbitrario de las ocurrencias, con los mismos que buscan volver a señalar con el dedo que hiere y rotula, es el imperio de unos pocos que manipulan mentes débiles que no aportan nada. Cada día dirigen su mirada al servilismo, instigándoles tanto que bien parece que buscan organizar el nuevo ejército de los contaminados.