El sentido de mis letras...
Afinidades y destinos
29 de octubre de 2024 (08:18 h.)
El políticamente desaparecido Albert Rivera fue quien se presentó en un debate electoral con un adoquín en la mochila. Lo levantó delante de la cámara, como metáfora, supongo que por la barbarie callejera de moda en aquellos días protagonizada por el independentismo catalán. Albert Rivera tuvo un sueño: Ciudadanos había ganado las elecciones en una Cataluña independentista, crecía el número de escaños y Rivera y sus asesores vieron posible convertirse en jefes de la oposición... ¡Pero un sueño es eso, un sueño! Rivera vio pronto que el mar no estaba debajo de los adoquines. Por el contrario, Isabel Díaz Ayuso dio un paso más allá: llevó su adoquín a la Asamblea de Madrid, imaginamos que, como Albert, para simbolizar la misma barbarie. Albert desapareció y la figura de Ayuso se agiganta. Rivera vio crecer su imagen, poco tiempo, más allá de lo que hubiera imaginado, y de lo que no hay duda es de la inteligencia de Díaz Ayuso, ya que hay pruebas sobradas : Madrid está en España, y España es Madrid, y el mar sigue sin estar debajo de los adoquines, y menos en Madrid. ¡Hay extrañas afinidades que no siempre unen destinos! Ciudadanos y Rivera no supieron gestionar su crecimiento, no supieron jugar con las cartas ganadoras del éxito político, no supieron validar los votos del electorado... El éxito no está hecho para todo ser viviente. En fin, que Rivera se oscureció, pero Ayuso brilla.