Crónicas de nuestro tiempo

El adversario fiel y discreto

La Unión Europea ha convertido la política migratoria en un negocio institucional. Entre el control de fronteras, el asilo y la integración, los fondos vuelan: en el presupuesto 2021-2027, Bruselas ha destinado 22.700 millones de euros exclusivamente para gestionar migración y fronteras.

España, por su localización y por el efecto llamada del actual Gobierno, se ha convertido en receptor masivo de inmigración irregular. Cuanto más crecen las entradas ilegales, más dinero fluye: para ONGs, asociaciones afines y redes de asesoría jurídica que prosperan con la industria migratoria. Y, cómo no, para aquellos gobernantes que -como Pedro Sánchez- ven en los inmigrantes una doble oportunidad: más fondos europeos y más votos.

Pedro Sánchez, el usurpador incombustible de urnas y corrupción, además de camaleón del marketing político, encabeza la banda del PSOE con el sueño húmedo de pasar a la historia como el “gran transformador” de España. Entre sábanas -dicen- se imagina superando en despotismo a Calígula, Nerón, Fernando VII, Napoleón, Hitler, Castro o Chávez. Y lo intenta rodeado de ministras obedientes (Robles, Calviño, Montero, y alguna otra Ursulina de cuota) que le festejan su pecho enrojecido de poder.

Aprendió de su mentor, Zapatero, que la inmigración ilegal disfrazada de  “humanitarismo”: es caja, influencia internacional, y votos garantizados entre colectivos subvencionados. Por eso Sánchez ha tejido un ejército electoral basado en okupas, antisistema, delincuentes, separatistas, vagos y toda clase de "diversidades" que cada año desfilan medio desnudos en carrozas... pestilentes.

Lo que no esperaba es que parte de su corte, pretoriana y clientelar, esté ya acumulando billetes y pasaportes con destino a la República Dominicana, por si el barco se hunde, cosa prácticamente imposible gracias al vago socialista encubierto de Génova,que con una cara dice una cosa (a pocos medios) mientras se frota las manos augurándo éxito al dictador que le llevará a presidente de la República gallega..

En Francia, tras años de permisividad, existen no-go zones (zonas donde ni la policía entra) en barrios controlados por clanes islámicos. Los disturbios de 2023, con más de 800 coches quemados en París y 1.300 arrestos en una sola semana, fueron solo la punta del iceberg.

En Suecia, la tasa de violencia armada vinculada a mafias de inmigrantes ha batido récords: el país con más tiroteos per cápita de Europa en 2023.

En Alemania, el auge de redes criminales como el clan Abou-Chaker, ha obligado a la policía a crear unidades específicas contra mafias familiares de origen extranjero.

En Bélgica y Países Bajos, se han detectado células islamistas radicales en hasta 30 mezquitas de grandes ciudades.

Situación en España:

Según el Ministerio del Interior, en 2023 entraron más de 56.852 inmigrantes irregulares por costas o frontera terrestre (Ceuta y Melilla), un 16% más que en 2022.

Las ayudas para refugiados: hasta 537 €/mes por persona o 766,30 €/mes por unidad familiar, sin obligación de devolver si se abandona el país.

El Estado cubre hasta dos meses de renta. Si el inmigrante u okupa decide quedarse ilegalmente, los procesos judiciales de desalojo se eternizan, mientras las Comunidades Autónomas otorgan ayudas paralelas.

En cambio, a un español trabajador en ERTE o en paro de larga duración, se le niega cualquier renta si tiene mínimos ahorros o vivienda en propiedad.

La UE aprobó en 2023 un mecanismo de compensación: los países pueden pagar 20.000 euros por inmigrante rechazado en las cuotas de reparto. Hungría, Polonia, Austria y otros gobiernos ya lo aplican. España ni se plantea hacerlo: el “plan del dictador Sánchez” consiste en fomentar la mezcla de razas, religiones y culturas para diluir la identidad nacional.

El llamado “plan de memoria democrática” busca tergiversar la historia: esconder el legado de España como potencia cultural, evangelizadora y civilizadora, y blanquear los crímenes de la II República, que bajo la dirección de Largo Caballero sumió al país en anarquía y en una guerra civil sangrienta, robando además las reservas de oro del Banco de España.

Pedro Sánchez aspira a una España multirracial y descafeinada, sin memoria, sin tradición ni orgullo nacional. Un país de ciudadanos fragmentados, dependientes del Estado, votantes fieles y controlables. Como bien saben sus admirados predecesores de la tiranía: solo en la ignorancia y en la división se afianza el poder.

Hoy por hoy, ese es el proyecto narcisista que avanza en hoja de ruta, bajo la sonrisa congelada del inquilino de Moncloa y sus redactores, mientras el traidor de Génova, espera, en lugar abandonar su miserable cinismo visitando uno a uno los países de la UE para hacerles llegar la realidad que imparablemente avanza hasta destruir la España que casi todos amamos, menos lo peor que les acompaña.

Tan culpable es el delincuente como el que lo ve y silencia para no enfrentarse y sacar provecho.