El Gobierno de Aragón, Premio Ciudad de Alcalá de Patrimonio Mundial por la restitución de las pinturas de Sijena
El Gobierno de Aragón recibe el Premio Ciudad de Alcalá de Patrimonio Mundial 2025 por su compromiso en recuperar las pinturas románicas del Monasterio de Sijena.
El jurado del Premio Ciudad de Alcalá “Ciudad Patrimonio Mundial” ha otorgado este año el galardón al Gobierno de Aragón, en reconocimiento a su tenacidad para recuperar las pinturas murales del Monasterio de Santa María de Sijena (Huesca), consideradas la gran obra maestra del románico español.
El premio llega apenas tres meses después de que el Tribunal Supremo ratificara la propiedad aragonesa de los frescos arrancados en 1936 y trasladados a Barcelona, donde se exponen desde 1940 en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).
Un reconocimiento a décadas de lucha jurídica y cultural
El fallo del Supremo, emitido el pasado 27 de mayo, confirmó que los 43 fragmentos de las pinturas —35 murales y 8 profanos— pertenecen a Aragón y deben regresar a la sala capitular del monasterio. La sentencia destacó la importancia de preservar el patrimonio in situ y consolidó la doctrina de que la acción reivindicatoria de bienes culturales no prescribe cuando no han sido poseídos en concepto de dueño.
La jueza de Huesca ya ha dado un plazo de siete meses para ejecutar la devolución, con acceso inmediato de los técnicos aragoneses a las salas del MNAC, control ambiental y levantamiento fotogramétrico previo al traslado.
El jurado del Premio Ciudad de Alcalá subrayó que “los trabajos para la restitución y la integridad de los bienes culturales realizados por el Gobierno de Aragón son absolutamente modélicos”, motivo por el cual se le concede este reconocimiento en 2025.
La Capilla Sixtina del románico español
Las pinturas de Sijena, realizadas entre 1196 y 1208, han sido calificadas por los expertos como la “Capilla Sixtina del románico español”. Sus escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, de gran colorido y detallismo, dialogan con el espacio arquitectónico de la sala capitular. Su estilo conecta con la miniatura inglesa y los mosaicos bizantinos de Sicilia, una síntesis que las hace únicas en Europa.
En palabras del historiador aragonés Vicente Pérez, “su devolución no es solo un triunfo jurídico, es la restitución de la memoria artística de Aragón”.
Un monasterio con peso en la historia de Aragón
Fundado en 1188 por la reina Sancha de Castilla, el Monasterio de Sijena fue panteón real y centro de poder del antiguo Reino de Aragón. Allí reposan reinas como doña Sancha y el monarca Pedro II. El cenobio, declarado Monumento Nacional en 1923 y Bien de Interés Cultural en 2002, conserva además una portada románica de catorce arquivoltas, otro de los iconos patrimoniales de Aragón.
Entre 1983 y 1994, la comunidad religiosa vendió sin autorización a la Generalitat de Cataluña diversos bienes, la mayoría de los cuales regresaron entre 2016 y 2017 tras un largo litigio.
Próximos pasos y debate abierto
El regreso de las pinturas abre un debate nacional sobre la conservación y restitución del patrimonio:
- Aragón insiste en que los frescos deben volver a su contexto original, como dicta la sentencia.
- El MNAC y la Generalitat alertan sobre la fragilidad de los fragmentos y piden garantías técnicas para que el traslado no ponga en riesgo su conservación.
Mientras tanto, el Gobierno de Aragón trabaja en la adecuación de la sala capitular para acoger las obras con condiciones de seguridad y conservación museística.
Patrimonio que regresa a su gente
El Premio Ciudad de Alcalá consolida la idea de que el patrimonio cultural no solo pertenece a los museos, sino también a las comunidades y territorios en los que nació. En palabras de los organizadores, “el legado histórico debe permanecer en diálogo con sus raíces y su pueblo, porque es ahí donde cobra todo su sentido”.
La restitución de Sijena se perfila como uno de los hitos culturales de la década en España: un triunfo de la justicia patrimonial y un ejemplo de cómo la sociedad civil, la investigación académica y la acción institucional pueden converger en la defensa del legado común.