Aumenta un 15% la inversión en el centro de salud mental de Alcorcón
El Gobierno regional destinará 3,8 millones de euros hasta 2028 para reforzar la atención individualizada de 140 personas con enfermedad mental grave
La Comunidad de Madrid ha aprobado una inversión de 3,8 millones de euros para la gestión del centro especializado en atención a personas con enfermedad mental grave y duradera de Alcorcón, lo que supone un incremento del 15,7% respecto al contrato anterior. La medida, autorizada por el Consejo de Gobierno en su reunión de esta semana, garantiza el mantenimiento de los servicios entre el 1 de diciembre de 2025 y el 30 de noviembre de 2028.
Este recurso público cuenta con 140 plazas y ofrece programas de rehabilitación psicológica, social y laboral, además de apoyo para la integración comunitaria y actividades sociales diseñadas para favorecer la autonomía de los usuarios. Especialmente, se dirige a aquellos con mayores dificultades funcionales y de inserción. Asimismo, el centro presta asesoramiento y respaldo a las familias, con el fin de reforzar la red de apoyo en el entorno cercano.
Una red pública de referencia en España
La Comunidad de Madrid dispone de la red pública más completa de España en el ámbito de la discapacidad, con 14.500 plazas para personas con discapacidad intelectual o física y más de 7.000 para adultos con discapacidades psicosociales y trastornos mentales severos. Este sistema cuenta con una inversión anual superior a los 426 millones de euros.
En paralelo, el Ejecutivo autonómico ha puesto en marcha la Estrategia Madrileña de Atención a Personas con Discapacidad Horizonte 2028, un plan que prevé destinar 4.800 millones de euros en los próximos cuatro años. La iniciativa incluye 316 medidas transversales que involucran a todas las consejerías del Gobierno regional, con el objetivo de mejorar la calidad de vida, la integración y la autonomía de las personas con discapacidad en la región.
Compromiso con la salud mental
Con este refuerzo presupuestario en Alcorcón, la Comunidad busca consolidar un modelo de atención especializada e individualizada, que no solo garantice la cobertura básica, sino que impulse procesos de recuperación e inclusión social reales, contribuyendo a que las personas con enfermedad mental grave puedan llevar una vida más plena e independiente.