“La tecnología será un commodity, pero la empatía humana seguirá marcando la diferencia”

WhatsApp Image 2025-12-22 at 08.13.50

Entrevista con Antonio Barbeito, CEO de Mundoestudiante, ante la apertura del nuevo centro de Torrejón de Ardoz.

Mundoestudiante vive un momento de expansión decisivo. La compañía, referente en refuerzo educativo desde hace más de tres décadas, inaugura este lunes un nuevo centro en Torrejón de Ardoz. Su CEO, Antonio Barbeito, reflexiona sobre el futuro de la educación en España, la apuesta por un modelo híbrido que combina sedes físicas y herramientas digitales avanzadas, y la irrupción de avatares capaces de impartir clases en tiempo real. Todo ello en un contexto en el que el rendimiento académico de los estudiantes españoles sigue cayendo y el sistema educativo acumula reformas sin rumbo claro.

En un momento en el que no se deja de hablar de IA y automatización, ¿cómo se diferencia un servicio educativo hoy?

Lo veo constantemente: en reuniones, comidas o encuentros profesionales, todos hablan de agentes digitales, de inteligencia artificial, de automatización. Y es cierto, es una realidad imparable. Pero también creo que, precisamente por eso, la diferenciación va a venir del servicio humano. La tecnología será un commodity; los avatares darán clase, sin duda, pero no tendrán empatía. El valor añadido de un servicio premium lo aporta una persona.

En Mundoestudiante hemos optado por avanzar en paralelo: seguimos abriendo sedes físicas y, al mismo tiempo, trabajamos en desarrollar un avatar capaz de impartir clases en tiempo real, complementando lo que puede hacer un docente.

Sorprende que mientras muchas empresas migran a lo digital, ustedes crecen con centros presenciales. ¿Por qué?

Porque funcionan. Y porque responden a una necesidad real. Me preguntan mucho por qué sigo abriendo sedes en un mundo que supuestamente va hacia la digitalización total. Para mí la respuesta es clara: el nivel de satisfacción y fidelización que se obtiene en un servicio humano no lo iguala ningún producto digital.

Cuando entré en Lanzadera me preguntaron qué porcentaje de mi negocio era digital. En aquel momento era un 15%. Hoy está en el 10%. Y no porque hayamos retrocedido, sino porque lo presencial ha crecido mucho. Sé que sorprende, porque la escalabilidad de lo digital es mayor, pero la calidad del aprendizaje no es la misma.

¿Significa esto que renuncian a lo digital o que lo ven como un complemento?

Lo vemos como un complemento y también como una oportunidad enorme. Estamos desarrollando una solución que permitirá contratar un profesor en 45 segundos, de cualquier materia y nivel. Y además, trabajamos en un avatar educativo capaz de dar clase sin intervención humana. Ese avatar podrá funcionar como apoyo a las clases físicas o digitales, dentro de Classfy o como producto independiente.

De hecho, hemos fichado al CEO de Classfy para liderar esta línea digital. Pero no abandonamos lo presencial, al contrario. Apostamos por un modelo híbrido coherente con lo que vemos en la práctica: la gente sigue valorando la enseñanza humana.

En un sector tan atomizado, ustedes parecen los únicos abriendo centros físicos a este ritmo. ¿Hay mercado suficiente?

Claramente sí. Por volumen de alumnos, Mundoestudiante tiene una cuota de mercado muy importante en Madrid. Y además, como presidente de las Academias de Enseñanza de Madrid, sé que están abriendo muchos centros y que la demanda es creciente.

Existe un dato relevante: según ESADE, el 46% de los estudiantes españoles reciben algún tipo de apoyo o refuerzo educativo. El mercado es enorme. Lo que no existe es una marca que haya logrado ocupar ese espacio de manera homogénea y profesionalizada a nivel nacional. La gente podría citar cadenas de restauración o supermercados, pero no una gran marca de educación no reglada. Ahí es donde queremos posicionarnos.

¿Cómo sitúa este crecimiento en el contexto educativo actual? Los últimos informes PISA muestran un descenso claro en el rendimiento.

Yo me dedico a esto desde hace treinta años. Y puedo decir, sin ninguna exageración, que el nivel de los estudiantes españoles disminuye año tras año. Lo veo en miles de alumnos, de todas las edades, de centros distintos. No es un juicio abstracto: es experiencia acumulada.

El problema es que tenemos reformas educativas demasiado frecuentes y poco coherentes. No hay un plan claro, un objetivo definido, un criterio estable. Y mientras tanto, el mundo avanza. Leí hace poco que los niños chinos de seis años ya reciben clases de inteligencia artificial. Aquí, en muchos colegios, ni siquiera se lo plantean.

Lo que falta es un sistema lógico y riguroso. No estamos preparando a los estudiantes para las revoluciones que van a vivir.

¿La desigualdad entre comunidades autónomas agrava la situación?

Sin duda. Las competencias educativas provocan diferencias muy grandes entre regiones: en la organización de exámenes, en los niveles de exigencia, en los propios métodos. No es igual de difícil estudiar en un sitio que en otro. Y dentro de una misma comunidad, hay también disparidades enormes entre colegios.

Por eso el modelo de Mundoestudiante es homogéneo. Enseñamos igual en Madrid, Valladolid, Alicante o donde abramos. Los contenidos son los mismos, el método es el mismo. Cualquier alumno formado con nuestro nivel de exigencia está preparado para acceder a cualquier centro del mundo con garantías.

¿Qué considera su mayor logro personal dentro de la empresa?

Mi padre tuvo la idea original y siempre lo reconoceré. Pero si me preguntas qué he aportado yo, te diré que lo más importante ha sido diseñar el guion educativo que seguimos para formar a los docentes, y que ellos formen a los alumnos. De todas las asignaturas y todos los niveles.

Ese guion ha permitido construir un sistema sólido y replicable. Y es lo que me ha hecho sentirme capaz de diseñar también el guion que seguirá un avatar educativo. Esa es la tercera rama del proyecto: la automatización inteligente del método.

¿Por qué Torrejón de Ardoz es el lugar elegido para esta nueva apertura?

Porque forma parte de un plan muy concreto: extendernos por el corredor del Henares. Empezamos en Alcalá de Henares, que ha sido un caso de éxito enorme, incluso siendo una de las zonas con menor renta per cápita de nuestro mapa. Mundoestudiante funciona extraordinariamente bien allí. Y eso demuestra algo importante: la educación es una prioridad para las familias.

Torrejón es el siguiente paso natural. Después vendrán San Fernando y Coslada. Es una zona con un potencial enorme.

Además de Madrid, ¿qué planes de expansión tienen a medio plazo?

Vamos a abrir la zona de Levante. Un coordinador del equipo se traslada allí exclusivamente para desarrollar Mundoestudiante en Alicante y alrededores. Esa apertura está prevista para septiembre de 2026. Y después vendrán comunidades colindantes a Madrid. La idea es crecer con un modelo de aceite: sólido, replicable y ordenado.

Con todo este crecimiento, ¿cómo describiría hoy Mundoestudiante?

Somos una empresa que combina tradición educativa y tecnología en paralelo, manteniendo siempre la prioridad en la persona. Cada año tenemos más empleados, más alumnos y más sedes. Pero, sobre todo, tenemos una manera de trabajar muy clara: rigor, homogeneidad y exigencia.

Defiendo la inteligencia artificial, pero defiendo aún más a las personas. La tecnología será un commodity; el valor diferencial seguirá siendo humano.