La Plaza del Círculo presenta en Madrid 12 medidas para una democracia más transparente, ética y participativa
El foro La Plaza del Círculo, impulsado desde el Círculo de Bellas Artes, presentó el 18 de noviembre en Madrid su primer bloque temático, «Democracia Más y Mejor», con 12 medidas y 56 propuestas para reforzar la transparencia, la lucha contra la corrupción, la independencia de las instituciones y la participación ciudadana. El proyecto, construido desde la sociedad civil, se prepara ya para abordar su siguiente tema: la desinformación.
La tarde del 18 de noviembre, una de las salas del Círculo de Bellas Artes de Madrid se quedó pequeña. A las seis, en un martes laborable y con agendas complicadas, 171 personas ocupaban prácticamente todos los asientos para asistir a la presentación del primer bloque temático de La Plaza del Círculo, un foro de sociedad civil que quiere pensar y proponer “una democracia más y mejor” desde el diálogo y el consenso.
El acto sirvió para presentar 12 medidas y 56 propuestas políticas y sociales reunidas bajo ese título, “Democracia Más y Mejor”, trabajadas desde junio por un grupo plural de expertos y participantes. El objetivo no es menor: cruzar puentes hacia una sociedad más asertiva, empática y capaz de dialogar desde lo que une y no solo desde lo que separa.
En el escenario se sentaron la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena, la periodista Gabriela Cañas, el psicólogo y empresario Javier Cantera, el representante de la sociedad civil Manuel Fernández y el director del Círculo de Bellas Artes, Valerio Rocco, acompañados por la periodista Pilar, encargada de conducir la conversación.
Una ágora en la Gran Vía frente a la polarización
En su intervención inicial, Valerio Rocco recordó que vivimos “un momento de enorme polarización social y política, de gran fragmentación y atomización” en el que cada vez resulta más difícil mantener un diálogo pausado y argumentado, especialmente con quien piensa distinto. Las redes sociales, añadió, con su lógica de cámaras de eco, acentúan esa tendencia encapsulando a cada uno en su propia burbuja.
Frente a ese clima, el Círculo de Bellas Artes —fundado en 1880 y con 146 años de historia a sus espaldas— ha decidido acoger La Plaza del Círculo como un espacio de encuentro físico y, pronto, también virtual, donde se puedan debatir los grandes temas del país desde el disenso argumentado y la búsqueda de acuerdos.
“La plaza es el lugar donde se encuentra la diferencia”, recordó Rocco, evocando el ágora griega como origen simultáneo de la democracia, la filosofía y el teatro.
La Plaza del Círculo no nace de arriba abajo, sino al revés. Según explicó Manuel Fernández, el foro cuenta ya con 415 inscritos, entre particulares, docentes y catedráticos, empresarios, abogados, periodistas, cargos públicos y artistas. En una primera asamblea abierta, los participantes votaron los temas que consideraban prioritarios. El camino fijado incluye, entre otros, democracia, desinformación, vivienda, inmigración, sostenibilidad, sanidad, universidad, trabajo e innovación.
El bloque sobre democracia, presentado ahora, es el primero de esa serie.
“Cambiar la cultura de la política”: transparencia real y fin de la opacidad
Una de las líneas centrales de las propuestas presentadas es la transparencia en la acción política y en la financiación de los partidos. Pero en La Plaza del Círculo la palabra “transparencia” se usa en un sentido más profundo que el de la mera ley o el portal de datos.
Para Manuela Carmena, el problema de fondo no es tanto la falta de normas como la cultura de opacidad que sigue predominando:
“A veces parece que la democracia se está oxidando. Hay una grandísima tendencia a ocultar datos, decisiones y conversaciones, porque los partidos se miran como enemigos, como si el fracaso de uno fuera siempre el éxito del otro”.
Carmena defendió que la transparencia debe ser “como un cristal”, que permita ver a ambos lados qué hacen los partidos, cómo se toman las decisiones y cómo se gastan los recursos públicos. El foro plantea, entre otras cosas:
- Dinamizar el Plan de Acción por la Democracia y el Plan de Lucha contra la Corrupción en España, para que no se queden en meras declaraciones de intenciones.
- Reforzar el Tribunal de Cuentas en la fiscalización de la financiación de los partidos, con un enfoque claro en la prevención del fraude y la corrupción.
- Potenciar la IGAE y el propio Tribunal de Cuentas como organismos clave en la lucha contra el fraude, la corrupción y los conflictos de interés.
- Fortalecer los órganos que supervisan el cumplimiento de la Ley de Contratos del Sector Público, en un área especialmente sensible a escándalos.
A pesar de la enorme regulación existente, la exalcaldesa llamó la atención sobre un hecho incómodo: la complejidad extrema de la contratación pública —que puede alargarse un año o más— no ha evitado los grandes casos de corrupción. Y, en cambio, sí ha lastrado la agilidad de la gestión y la eficacia de muchas políticas.
En ese contexto, Carmena defendió la necesidad de órganos de control realmente independientes, cuyos responsables no sean nombrados directamente por los partidos. Incluso abrió la puerta a estudiar fórmulas como el sorteo, ya ensayadas en otros países, para garantizar imparcialidad en determinados ámbitos de evaluación.
Profesionalizar los altos cargos y limitar la ocupación partidista
Otra de las medidas destacadas tiene que ver con la designación de altos cargos en instituciones y empresas públicas, un terreno en el que la desconfianza ciudadana es elevada.
La periodista Gabriela Cañas habló de la “ocupación abusiva” de las instituciones por parte de los partidos y citó una idea de un politólogo recientemente fallecido: “La política se trata de gestionar la administración pública, no de ocuparla”.
El documento propone:
- Reducir al máximo los cargos de libre designación, favoreciendo equipos profesionalizados y estables.
- Establecer procesos de nombramiento transparentes, con reglas claras y criterios de meritocracia, que incluyan la formación y la experiencia acreditada en el ámbito de gestión.
- Fijar mandatos de duración determinada que no coincidan con los ciclos electorales, reforzando así la independencia.
- Exigir que los ceses anticipados estén justificados, evitando que los cambios respondan solo a movimientos partidistas.
Se trata, en palabras de Manuel Fernández, de pasar “del favor al perfil profesional” y de dejar atrás la lógica del “te coloco ahora y ya me devolverás el favor más tarde”.
Ética, formas y fondo: hacia un Estatuto del político con consecuencias
La Plaza del Círculo dedica también una de sus medidas a lo que denomina “Código Ético del político con cargo público”, que en la práctica se traduce en un estatuto del comportamiento político.
Carmena recordó que casi todas las profesiones cuentan hoy con códigos de conducta y mecanismos claros de sanción: médicos, jueces, docentes. En cambio, la política se ha conformado durante décadas con la idea de que el único reproche posible llega en las urnas cada cuatro años.
En los debates del grupo, la preocupación ha sido doble:
- Por un lado, el tono de las intervenciones parlamentarias, especialmente en las sesiones de control, donde el insulto y la descalificación personal son frecuentes.
- Por otro, la mentira deliberada y las promesas sin intención de cumplimiento, que deterioran la confianza en la democracia.
El foro plantea la creación de:
- Un órgano supervisor del marco ético en el Congreso y el Senado.
- Un “diario ético de sesiones” que recoja y haga visibles los incumplimientos: insultos, mentiras, ataques personales, etc.
Desde la psicología, Javier Cantera lo resumió así:
“El discurso genera pensamiento. Si el discurso público es agresivo, crispado y sin respeto, genera una sociedad agresiva y crispada. Necesitamos códigos de conducta que se cumplan y que tengan consecuencias”.
El objetivo, insistieron los ponentes, no es “leer la cartilla” a los políticos, sino establecer unas reglas mínimas de comportamiento que cualquier ciudadano pueda reconocer y exigir.
Participación ciudadana como antídoto frente a la desafección
La participación ciudadana ocupa otro bloque importante dentro de las 12 medidas. La Plaza del Círculo parte de un diagnóstico compartido: la desafección política, especialmente entre los jóvenes, se traduce en lemas como “no nos representan” o “el voto no sirve para nada”.
Para Gabriela Cañas, la única forma de revertir esa tendencia es dar canales reales de participación, más allá de las elecciones: que los ciudadanos puedan intervenir en las políticas que afectan a sus problemas concretos y que vean respuestas y resultados.
Entre las ideas debatidas están:
- El uso intensivo de herramientas digitales para consultas y procesos participativos, especialmente en la administración local, donde el impacto es más inmediato.
- La revisión de instrumentos ya existentes, como la casilla del IRPF dedicada a fines sociales, de modo que el contribuyente pueda orientar una parte de sus impuestos hacia proyectos concretos de lucha contra la pobreza y la desigualdad, con transparencia sobre su destino.
- La incorporación sistemática de mecanismos de rendición de cuentas, que acerquen la gestión pública al ciudadano y permitan evaluar el grado de cumplimiento de los compromisos.
“Un ciudadano más informado y más participativo está menos expuesto a la desinformación”, subrayó Cañas.
Medios de comunicación, publicidad institucional y desinformación
La relación entre democracia y medios de comunicación también ocupa un lugar central en las propuestas. La Plaza del Círculo toma como referencia el Reglamento Europeo sobre la Libertad de los Medios de Comunicación, ya en vigor, y reclama su rápida adaptación al marco legal español.
Las líneas principales son:
- Proteger a los medios que ejercen responsabilidad editorial sobre lo que publican, diferenciándolos de plataformas y redes donde los contenidos circulan sin filtros ni obligaciones claras.
- Garantizar la independencia económica y política de los medios, favoreciendo un entorno en el que puedan sostener proyectos periodísticos de calidad.
- Asegurar la transparencia en la publicidad institucional, de modo que tanto las administraciones como los medios detallen qué campañas se financian, con qué criterios y con qué fondos.
- En los medios públicos, reforzar la independencia de sus gestores a través de procesos abiertos de designación, basados en mérito y experiencia, y con mandatos que no coincidan con las legislaturas.
Una de las propuestas más contundentes del documento es la de suprimir las campañas de publicidad institucional del Gobierno y del sector público cuando funcionen como herramienta de autopromoción política, limitándolas estrictamente a campañas justificadas por el interés general.
En paralelo, La Plaza del Círculo ha activado ya su siguiente bloque temático: “Combatir la desinformación”. Se están constituyendo grupos de trabajo con profesionales y expertos en la materia, y se invita a proponer candidatos a través del correo laplazadelcirculo@circulobellasartes.com.
De los presupuestos al sistema electoral: completar el círculo de reformas
Además de los grandes ejes ya descritos, las 12 medidas de “Democracia Más y Mejor” incluyen otras propuestas que apuntan directamente al corazón del sistema institucional:
- Reforzar el papel del CIS como centro de investigación sociológica que evalúe el cumplimiento de promesas electorales, los efectos reales de los presupuestos y el impacto de las políticas públicas, incorporando equipos científicos y técnicos más allá de las encuestas coyunturales.
- Modernizar el sistema electoral, atendiendo a las recomendaciones internacionales, mejorando la regulación del voto rogado y del voto por correo, y abriendo el debate sobre fórmulas que acerquen a los representantes a sus electores.
- Simplificar y agilizar el acceso a la información pública, con un compromiso claro de reducir plazos de resolución administrativa —el objetivo es no superar los 60 días— y aprovechar la inteligencia artificial para hacer las páginas y portales más comprensibles.
- Reformar la Ley de Presupuestos Generales del Estado para evitar bloqueos prolongados, limitar las prórrogas sucesivas y asegurar la presentación anual de las cuentas al Parlamento.
- Introducir cambios en las leyes que regulan los órganos constitucionales, de forma que se eviten bloqueos en su renovación, se limiten las permanencias indefinidas en funciones y se adapte el sistema de nombramientos a las buenas prácticas europeas e internacionales.
Todas estas propuestas comparten una misma lógica: no crear más estructuras ni más burocracia, sino hacer que lo que ya existe funcione con más independencia, más profesionalidad y más control democrático.
La Plaza Virtual: llevar el debate a las redes sin perder la profundidad
El último bloque de la jornada se dedicó a la presentación de La Plaza Virtual, el canal de comunicación que prolongará en internet el trabajo del foro.
Luis Recolons, junto con Alberto Arenaza, explicó que la idea es aliarse con creadores de contenido e influencers que sepan traducir los debates y documentos de La Plaza del Círculo al lenguaje de Instagram, YouTube y otras plataformas, sin perder rigor, pero multiplicando el alcance.
Se plantea el uso de publicaciones colaborativas, vídeos breves, foros online y una biblioteca digital donde se conserve y organice toda la documentación generada: propuestas, informes, debates y materiales de trabajo. El objetivo es doble: dar a conocer el proyecto y activar nuevos círculos de participación, especialmente entre los más jóvenes.
El vídeo completo de la jornada del 18 de noviembre está ya disponible en YouTube y servirá como carta de presentación de este primer bloque temático.
“Solo el intento ya tiene valor”
El cierre, a cargo de Javier Cantera, resumió bien el espíritu que recorre el proyecto. La Plaza del Círculo no aspira a convertirse en partido político ni en lobby, sino en un espacio de consenso y de trabajo paciente:
“No sabemos si lo que hacemos será utópico, pero solo el intento tiene un enorme valor. La fuerza la tiene la ciudadanía. Si los demócratas no nos unimos para defender y mejorar la democracia, otros ocuparán ese espacio”.
Tras el primer bloque de “Democracia Más y Mejor”, el foro tiene ya fechas marcadas para continuar con sus trabajos. La próxima parada será la desinformación, uno de los desafíos centrales de las democracias contemporáneas.
Mientras tanto, La Plaza del Círculo sigue creciendo, a medio camino entre la Gran Vía madrileña y la plaza virtual que está a punto de ponerse en marcha, con una intención clara: que la sociedad civil deje de mirar la política desde la barrera y vuelva a ocupar el centro de la conversación democrática.