Miles de mujeres desbordan Madrid en un 25N marcado por el rechazo al negacionismo y la exigencia de más protección
Miles de mujeres marchan en dos manifestaciones paralelas en Madrid para denunciar la violencia machista, el negacionismo institucional y los recortes en igualdad
Madrid se convirtió este 25 de noviembre en un gran clamor feminista. Miles de mujeres, acompañadas de hombres y colectivos sociales, llenaron el centro de la capital en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Como en años recientes, la jornada estuvo marcada por la división estratégica del movimiento feminista, que convocó dos manifestaciones simultáneas: la organizada por Foro de Madrid y Movimiento Feminista, y la promovida por la Comisión 8M.
Ambas marchas arrancaron prácticamente a la vez, a las 19:00 horas, debido a la afluencia masiva. La primera avanzó desde Alcalá con Gran Vía bajo el lema “Contra la violencia machista y el negacionismo: ¡Basta de abandono institucional!”, una consigna que se escuchó entre pancartas como “El machismo mata; el negacionismo también”, “Tu negacionismo es complicidad” o “Las mujeres exigimos respeto”.
En la cabecera se pudo ver a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, a la presidenta del Congreso Francina Armengol, así como a ministras del Ejecutivo y responsables del PSOE en Madrid. El manifiesto leído por las convocantes denunció el “abandono y la negligencia institucional” y advirtió de que esta actitud “pone en riesgo la integridad y la vida de miles de mujeres”. Exigieron mayor protección frente a la violencia sexual, la suspensión de visitas a menores cuando exista investigación por violencia machista y una Ley Abolicionista del Sistema Prostitucional, junto a un blindaje contra la explotación reproductiva.
También hubo espacio para la denuncia política. Las manifestantes recordaron que 38 mujeres han sido asesinadas en lo que va de 2025, y cargaron contra el “negacionismo creciente” que —afirman— minimiza o cuestiona la violencia de género. Las menciones a Isabel Díaz Ayuso fueron constantes, especialmente tras sus recientes declaraciones sobre el crimen machista de Alpedrete. La portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, afirmó que “una presidenta que niega la violencia machista no va a proteger a las mujeres”.
Desde el PSOE-M, Lorena Morales criticó la “cobardía” del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, por no exigir a Ayuso una condena rotunda. “Las mujeres de Madrid no somos ciudadanas de segunda”, dijo, lamentando que la región siga sin una ley de igualdad y con estrategias contra la violencia de género caducadas.
Comisión 8M centra su protesta en el racismo, los recortes y la violencia institucional
La segunda manifestación, convocada por Comisión 8M, partió desde Atocha con el lema “Todas y todes contra la violencia racista y patriarcal”. Entre gritos de “¡No estamos exagerando, nos están asesinando!”, las participantes realizaron dos paradas simbólicas en Atocha 70 y en el Monumento a los Abogados de Atocha, donde se leyeron manifiestos sobre violencia institucional y memoria histórica.
Comisión 8M denunció la “instrumentalización política” de la violencia machista por parte de sectores que “llevan años negándola”. Además, arremetió contra los recortes del Gobierno regional y del Ayuntamiento en materia de igualdad, así como contra la transformación de los Centros de Atención a Mujeres y el “desmantelamiento” de los Espacios de Igualdad. Para las portavoces, estas medidas suponen una forma de violencia institucional porque “limitan la protección y los recursos para quienes más los necesitan”.
El manifiesto amplió la perspectiva hacia un marco global: la organización señaló casos de vulneración de derechos en Palestina, Sudán, República Democrática del Congo o el Sáhara Occidental, defendiendo que “las luchas feministas son internacionalistas” y solidarias con los pueblos oprimidos. En la marcha estuvo presente la líder de Podemos, Ione Belarra.
Una jornada con un mensaje común: ni una mujer menos
A pesar de la diversidad de enfoques —abolicionistas, interseccionales, institucionales o comunitarios—, ambas manifestaciones coincidieron en el diagnóstico: la violencia machista persiste, se ha cobrado decenas de vidas este año y requiere una respuesta política firme, coordinada y sin negacionismo.
Las movilizaciones finalizaron al caer la noche con un recuerdo para todas las mujeres asesinadas y una petición unánime: que ninguna mujer más sea víctima de la violencia machista.