Kast se impone con holgura en Chile y abre un nuevo escenario para la inversión: empresas y mercados esperan señales rápidas de estabilidad

Jose Antonio Kast votando en las elecciones generales de Chile - Imagen de su cuenta oficial de X

La amplia ventaja del candidato conservador anticipa un giro hacia políticas de estabilidad, reactivación de la inversión y mayor seguridad jurídica, claves para la recuperación del crecimiento y para los intereses de empresas españolas presentes en Chile.

La amplia ventaja de José Antonio Kast en el balotaje chileno —58,3% frente al 41,7% de Jeannette Jara, con el 95,18% del escrutinio— marca el triunfo más claro de la derecha en dos décadas y abre un nuevo capítulo en la política económica del país andino. El resultado, considerado irreversible por el Servicio Electoral, sitúa a Chile ante un giro que podría reconfigurar el clima de negocios, las expectativas de inversión y la relación con los principales actores internacionales, entre ellos España, su socio europeo más relevante.

La elección se producía en un contexto de desaceleración del crecimiento, bajo dinamismo de la inversión y un deterioro prolongado en la confianza empresarial. Por ello, el desenlace se interpreta principalmente en clave económica. Analistas consultados en Santiago coinciden en que los primeros meses del nuevo Ejecutivo serán determinantes para fijar el tono del ciclo que viene: “El mercado espera definiciones rápidas sobre seguridad, permisos y estabilidad regulatoria. Esas tres piezas moverán la inversión”, explicaba anoche un economista del sector financiero local.

Expectativas de estabilidad y reactivación del clima inversor

El empresariado chileno venía reclamando certidumbre desde hace años. El proceso constitucional fallido, la inflación acumulada y el incremento de trámites para grandes proyectos habían enfriado la llegada de capital extranjero. El programa de Kast, centrado en reducir burocracia, reforzar la seguridad jurídica y restablecer un marco más predecible para la minería y la energía, ha sido leído como una posible “ventana de reactivación” para el país.

La prioridad inmediata será destrabar inversiones paralizadas en sectores estratégicos: minería —especialmente litio y cobre—, infraestructuras logísticas, energías renovables e hidrógeno verde. Chile, que compite con Australia y Argentina en la carrera global por el litio, requiere definiciones regulatorias claras para evitar la pérdida de nuevos proyectos a favor de otros países productores.

Fuentes del sector minero indican que una agenda más flexible hacia la colaboración público-privada podría movilizar inversiones que superan los 70.000 millones de dólares en la próxima década, siempre que el nuevo Gobierno logre asegurar un marco estable.

Las empresas chilenas miran al exterior: competitividad y seguridad

Para el tejido empresarial local, el foco no está solo en la política fiscal o regulatoria. La seguridad se ha convertido en un factor económico crítico. El aumento de la delincuencia ha elevado los costes operativos, afectado al comercio minorista y reducido la actividad en zonas urbanas. Si el próximo Gobierno responde con eficacia a este problema, explican fuentes empresariales, el impacto en la productividad y en la confianza podría ser significativo.

Además, Chile mantiene una posición estratégica como puerta de entrada al Pacífico. Su red de tratados comerciales proporciona acceso preferencial a mercados que representan más del 80 % del PIB mundial. No obstante, los indicadores de competitividad han retrocedido desde 2019, por lo que el desafío será recuperar esa ventaja comparativa.

España, atenta al giro chileno: energía, infraestructuras y servicios

España es uno de los tres principales inversores en Chile y presencia destacada en sectores como energía, tratamiento de aguas, infraestructuras, telecomunicaciones, banca y servicios digitales. La llegada de Kast es seguida con atención desde Madrid.

Para las empresas españolas, el nuevo escenario puede abrir dos oportunidades:

  • Aceleración de inversiones energéticas y de hidrógeno verde, donde grupos como Iberdrola, Acciona y Naturgy ya operan con posiciones relevantes.
  • Reactivación de proyectos de infraestructuras y concesiones, un ámbito en el que compañías españolas han tenido protagonismo durante dos décadas.

Fuentes del sector financiero en Madrid señalan que, si el Ejecutivo chileno confirma un marco regulatorio estable y una agenda pro-inversión, “España estará en disposición de reforzar su presencia”. Lo mismo ocurre con la Comunidad de Madrid, que mantiene vínculos empresariales y académicos crecientes con Chile.

El comercio bilateral supera los 2.500 millones de euros anuales, aunque el potencial es mayor en sectores emergentes como la digitalización, la ciberseguridad y la logística vinculada al Pacífico.

Qué se espera ahora

El principal indicador para los mercados será la primera señal del nuevo Gobierno en materia regulatoria. Los observadores esperan definiciones sobre litio, permisos ambientales, gobernanza en el sector energético y modernización administrativa. Kast ha prometido un paquete de medidas inmediatas en sus primeros cien días, pero la gobernabilidad dependerá del equilibrio parlamentario, aún lejano a una mayoría clara.

Los próximos meses mostrarán si Chile puede traducir el giro político en un ciclo sostenido de crecimiento y atracción de capital. Si lo consigue, el país podría recuperar su posición como uno de los mercados más estables y competitivos de la región.

Para España, y especialmente para Madrid, el resultado abre una fase de oportunidades económicas, con un Chile que vuelve a mirar hacia la inversión internacional como palanca de desarrollo.