Un informe del exembajador de EEUU Ostfield señala intento de injerencia en la interna del Partido Colorado de Paraguay

Palacio de López de la República de Paraguay - Viktor Kisman

La filtración de un documento atribuido al exembajador estadounidense describe una maniobra que habría buscado alterar la designación del candidato oficialista en 2022. El caso genera tensión política en Asunción y abre un debate sobre la autonomía democrática en la región, seguida con interés desde España por sus vínculos históricos y económicos con Iberoamérica.

Un informe diplomático atribuido al exembajador de Estados Unidos en Paraguay, Marc Ostfield, ha desatado un terremoto político en el país sudamericano al detallar una presunta intervención para influir en la elección interna del histórico Partido Colorado (Asociación Nacional Republicana, ANR). La documentación, filtrada a medios regionales, señala que la embajada estadounidense habría actuado en un momento clave en 2022, cuando el entonces vicepresidente Hugo Velázquez aspiraba a convertirse en candidato presidencial del partido gobernante.

Según la información difundida, el documento recoge que el entonces presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, habría solicitado apoyo diplomático para desplazar a Velázquez mediante una declaración pública de corrupción “significativa”, lo que facilitaría la promoción de otro aspirante, el exministro Arnoldo Wiens. Aquella designación estadounidense se hizo pública en agosto de 2022, provocando la retirada inmediata de Velázquez de la precandidatura.

La situación se enmarcaba en una interna partidaria especialmente sensible para el futuro político del país. El Partido Colorado, fuerza dominante en Paraguay durante más de siete décadas —con la excepción de un breve intervalo entre 2008 y 2013— se encontraba dividido entre el sector oficialista, el grupo liderado por el expresidente Horacio Cartes y la corriente Honor Colorado, encabezada por el actual vicepresidente, Pedro Alliana.

Fue precisamente Alliana quien reaccionó con mayor contundencia tras la filtración del informe. El vicepresidente calificó el episodio como “una conspiración contra la República”, denunciando que la intervención habría buscado condicionar la voluntad interna del partido. Dirigió sus críticas tanto al expresidente Abdo Benítez como al cuerpo diplomático estadounidense acreditado en Asunción en aquel periodo.

Por su parte, la dirección del Partido Colorado exigió que se impulse una investigación formal para esclarecer si se produjo una vulneración de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que establece la prohibición expresa de injerencia en los asuntos internos del Estado receptor. Hasta la fecha, no se ha comunicado una postura oficial detallada del Departamento de Estado estadounidense sobre el contenido íntegro del documento filtrado.

El episodio adquiere mayor dimensión al situarse en el contexto de otras acciones diplomáticas estadounidenses en Paraguay. Tanto el expresidente Cartes como el propio Velázquez habían sido objeto de sanciones por presunta corrupción, lo que contribuyó a tensionar la relación bilateral. En enero de 2023, el Gobierno paraguayo expresó públicamente su malestar y, meses después, solicitó la salida anticipada del embajador Ostfield.

El caso, sin embargo, trasciende lo estrictamente paraguayo. España mantiene con Paraguay relaciones históricas, vínculos económicos crecientes y una comunidad paraguaya asentada en territorio español. Además, Madrid observa con atención la estabilidad democrática de la región, en un marco en el que América Latina se ha convertido en espacio de competencia diplomática e influencia estratégica de potencias externas.

Expertos consultados en el ámbito de la política exterior señalan que el episodio obliga a reforzar el debate sobre la autonomía de los procesos electorales en Iberoamérica, así como sobre la transparencia y neutralidad que deben caracterizar la cooperación internacional. Subrayan que cualquier interferencia —real, denunciada o percibida— erosiona la confianza pública en las instituciones y afecta al equilibrio político regional.

Mientras tanto, en Paraguay se aguarda la eventual apertura de un expediente parlamentario que permita determinar responsabilidades, delimitar hechos verificables y aclarar el alcance real de la presunta intervención. El Gobierno paraguayo no ha descartado pronunciamiento adicional una vez evaluada la documentación disponible.

El caso sigue abierto y su evolución determinará si se trata de un episodio aislado, de una mala interpretación política o de un precedente de gran relevancia en las relaciones diplomáticas del continente. Lo que ya se ha instalado es la preocupación por la integridad del proceso democrático en un país clave del Cono Sur, y la atención creciente de observadores internacionales, incluidos los de España, donde la realidad latinoamericana constituye una parte esencial del espacio informativo, cultural y estratégico.