"El modelo de jubilación de Alter Mutua condena a miles de abogados a la precariedad"
Isabel Rabell, abogada e integrante de la Plataforma Pasarela al RETA, denuncia el fracaso del sistema de capitalización individual aplicado en Alter Mutua. “Pagamos durante años sin saber que no tendríamos jubilación”, afirma.
La situación que viven miles de abogados en España que optaron por una mutualidad como alternativa al régimen de autónomos (RETA) se ha convertido en una auténtica bomba de relojería. Especialmente en Cataluña, donde Alter Mutua ofreció durante décadas un modelo que prometía autonomía, flexibilidad y mejores coberturas bajo la fórmula de la capitalización individual. Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta: cuotas mal estructuradas, falta de control, opacidad informativa y pensiones que en muchos casos no alcanzan ni el mínimo vital.
Isabel Rabell, abogada con más de veinte años de ejercicio profesional y una de las voces más firmes en la Plataforma Pasarela al RETA, denuncia en esta entrevista un modelo que —en sus palabras— “nació fallido y sigue siéndolo”. Su testimonio ilustra no solo el impacto real en quienes confiaron en el sistema, sino también los mecanismos institucionales que han permitido mantenerlo hasta hoy.
Para empezar, ¿qué es exactamente Alter Mutua y cuál ha sido su papel dentro del sistema de mutualidades?
Alter Mutua es una mutualidad de previsión social que nace en Cataluña en 1948 como complemento a la Mutualidad de la Abogacía, que en aquel momento solo cubría la jubilación. Alter Mutua ofrecía otros productos como enfermedad, viudedad u orfandad. Con los años, la propia Mutualidad de la Abogacía amplió sus coberturas y hoy también detrae parte de las cuotas para gestionar pólizas y otros gastos, por lo que ya no todo lo que se aporta se destina íntegramente a jubilación. En 1996, a raíz de un cambio normativo, Alter Mutua comienza a ofrecer también jubilación. Desde entonces, muchos abogados en Cataluña hemos estado pagando simultáneamente a ambas mutualidades hasta que, en mi caso, en 1999 me quedé solo con Alter Mutua.
¿Cuál es la diferencia clave entre Alter Mutua y la Mutualidad de la Abogacía?
La principal diferencia es que Alter Mutua funciona bajo un sistema de “capitalización individual”, en teoría más flexible: tú eliges cuánto aportas y cómo configuras tu producto. Pero la realidad fue muy distinta. Nadie nos explicó qué implicaba ese sistema. Mientras en la Mutualidad de la Abogacía —al menos durante muchos años— todo lo aportado iba a tu jubilación, en Alter Mutua tu cuota se repartía en múltiples pólizas: jubilación, enfermedad, incapacidad, orfandad, viudedad... y al final, solo una pequeña parte —en mi caso, 18 euros al mes— iba realmente destinada a jubilación.
¿Qué consecuencias tiene eso ahora?
Tremendas. Nuestros fondos de jubilación son menos de la mitad que los de quienes han cotizado en la Mutualidad de la Abogacía o en el RETA. Y eso tras haber pagado lo mismo o incluso más. Es decir, por los mismos 100 euros, mientras unos los destinaban íntegramente a su pensión, nosotros financiábamos hasta diez pólizas sin saberlo. A día de hoy, muchos compañeros están descubriendo que lo que tendrán no les da ni para vivir dignamente.
¿Cree que hubo falta de información?
Sin duda. Y no es un problema solo del pasado. Durante años no se facilitaba ningún cuadro actuarial ni estimación concreta por escrito. Si querías saber algo, tenías que llamar por teléfono y preguntar. Solo desde 2023, gracias al trabajo de colectivos como J2Altermutua —integrado en 2024 en la Plataforma Pasarela al RETA— se ha conseguido que Alter Mutua entregue por escrito una estimación del fondo de jubilación previsto. Pero esa estimación, sin un cálculo actuarial detrás, deja entrever algo preocupante: para llegar al fondo prometido, los últimos años de cotización tendrías que hacer aportaciones exponenciales, incluso inasumibles en muchos casos.
¿Qué pasa cuando se intenta salir de ese sistema?
En mi caso, me pasé al RETA hace unos años. Pero como lo hice tarde, solo llegaré a cotizar unos 18 años en el sistema público. ¿Consecuencia? Que mi pensión se reducirá a la mitad de lo que me correspondería. Lo mismo le ocurrió a mi padre, que también fue abogado: tras pasarse al RETA, perdió el cómputo de los años previos en la mutualidad y solo le reconocieron 17 años, cobrando apenas 450 euros con complementos a mínimos. Eso es lo que queremos evitar con la Pasarela al RETA: que se reconozca lo trabajado y lo aportado.
¿Y qué proponen exactamente desde la Plataforma Pasarela al RETA?
Pedimos que se nos trate como a cualquier trabajador autónomo. Que se compute lo que hemos pagado, no lo que hay en un supuesto “fondo”. El sistema debe ser equitativo: si he pagado durante años 700 euros mensuales, que eso se convierta en una base de cotización reconocida y una pensión digna. Eso es lo que pedimos con el “1x1”: una base de cotización por cada aportación real, igual que el RETA.
¿Alter Mutua ha colaborado en algún momento con esta petición?
Han dicho estar a favor de que quien quiera se marche, pero sin afectar al resto de mutualistas, que para ellos son inversores. No quieren ni oír hablar de computar aportaciones. Para ellos, solo vale el “fondo”. ¿Por qué? Porque si se contaran las aportaciones, quedarían retratados: muchos hemos triplicado lo pagado respecto a lo que se destinó a jubilación.
¿Y qué papel tienen los colegios de abogados?
Han sido cómplices. A día de hoy, en muchos colegios vas a informarte y solo encuentras al representante de Alter Mutua o de la Mutualidad de la Abogacía. Nadie te informa de lo que ofrece el RETA. A los jóvenes les presentan las mutualidades como la opción lógica, sin explicar bien qué supone eso. Y si preguntan, les venden productos alternativos que ni lo son: seguros de vida, por ejemplo. Es una perversión del sistema.
¿Cree que hay connivencia política también?
Sí. La mayoría de los partidos entienden que la pasarela es necesaria. Pero hay resistencias. Especialmente desde Junts, que protege de forma clara a Alter Mutua. No lo digo yo, lo saben todos los actores del sector. Es público y notorio que Félix Cuevillas, hermano de Alonso Cuevillas —exconsejero de Justicia y diputado por Junts—, ha sido presidente de Alter Mutua durante años. La familia ha estado muy vinculada a esta entidad, y eso explica muchas cosas.
¿Qué cifras manejan hoy? ¿Cuántos abogados siguen vinculados a Alter Mutua?
En 2023, declaraban alrededor de 7.000 productos activos. Pero han perdido muchos mutualistas, sobre todo desde que se ha conocido la realidad. Muchos abogados jóvenes se han pasado al RETA. El problema es que Alter Mutua no facilita cifras reales, y el sistema interno de representación en sus asambleas hace muy difícil cualquier cambio. Se vota de forma presencial, con delegaciones de voto que ellos conocen con antelación. Es imposible ganarles en una asamblea. No hay democracia interna real.
¿Qué les diría a los abogados jóvenes que empiezan hoy?
Que no se dejen engañar. Que exijan información clara, que pidan comparativas con el RETA, que consulten con economistas. La jubilación es demasiado importante como para dejarla en manos de productos que no garantizan nada. El sistema de capitalización individual no es una solución. Es un espejismo.