Iglesias y Montero, en el centro de la polémica: de defender la educación pública a llevar a sus hijos a un colegio privado
La hemeroteca vuelve a poner en aprietos a Pablo Iglesias e Irene Montero. Ambos, históricos defensores de la educación pública y críticos con la privada y concertada, han optado por matricular a sus tres hijos en un colegio privado laico de Las Rozas, con un coste mensual de 500 euros por alumno, lo que supone unos 15.000 euros al año para la familia.
La noticia, adelantada por varios medios, ha causado sorpresa entre padres del centro y desatado una oleada de críticas en redes sociales, donde se les acusa de incoherencia y contradicción. No en vano, Iglesias llegó a declarar en una entrevista que “los padres que llevan a sus hijos a la educación privada no quieren que se mezclen con niños de clase obrera, gitanos o migrantes”.
Un discurso que les persigue
Durante años, el exvicepresidente del Gobierno defendió que la educación privada era un mecanismo de segregación social reservado para una minoría con recursos. “La libertad es que un niño, nazca donde nazca, tenga garantizada la mejor educación pública”, afirmó en varias ocasiones. Incluso llegó a votar en un colegio público afirmando que deseaba que sus hijos estudiaran allí.
Montero, por su parte, vinculó en su etapa como ministra de Igualdad la defensa de la educación pública con el feminismo, asegurando que “donde hay privatización hay pérdida de derechos”.
Ahora, su decisión de recurrir a un colegio privado “laico, independiente y gestionado por una cooperativa de docentes con más de 40 años de experiencia” ha sido calificada por muchos como un giro radical respecto a sus convicciones políticas.
El nuevo centro escolar
El colegio elegido, cercano a su domicilio de Galapagar, se define como un centro pequeño y cercano, con metodología activa, proyectos en Infantil y ratios reducidas de 24 alumnos por profesor. Además, destaca por su compromiso con la creatividad artística, la sostenibilidad y el aprendizaje tecnológico-científico.
Críticas y contradicciones
En redes sociales, numerosos usuarios han recordado frases del propio Iglesias en las que tachaba de “educación para ricos” la privada. Comentarios como “haced lo que digo, pero no lo que hago” o “predican sin dar ejemplo” se han multiplicado en respuesta a la noticia.
La polémica se suma a otras decisiones personales que ya generaron controversia en el pasado, como la compra de su chalet en Galapagar. Entonces, Iglesias también defendió que se mudaba para estar cerca de una escuela pública.
La incoherencia entre su discurso y su actual elección educativa ha abierto un nuevo frente en el debate político y social en torno a la credibilidad de los líderes que hicieron bandera de lo público mientras optan en su vida privada por opciones que antes cuestionaban.