Riera alerta sobre la escalada de la deuda pública española: “Nos estamos asfixiando”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez | Foto del Congreso
El economista José Ramón Riera ha lanzado una dura advertencia en sus redes tras comentar los últimos datos del Banco de España: “Hemos superado 1,71 billones de euros de deuda”, y en tan solo nueve meses el Estado ha incrementado su endeudamiento en 90.000 millones.

Según Riera, este ritmo muestra una gestión “descontrolada” por parte del Gobierno central, que se estaría financiando a costa de nuevas obligaciones y tipos más elevados.

Lo que dice Riera

  • Riera afirma que la deuda total habría superado los 1,71 billones de euros, y que en nueve meses se ha añadido una cantidad “insostenible” de 90.000 millones, lo que equivaldría a una media de 10.000 millones al mes.
  • Según su análisis, casi todo ese aumento proviene de las arcas del Estado central, mientras que los ayuntamientos habrían reducido su deuda.
  • Advierte también sobre una subida de los tipos de interés, ya que los nuevos préstamos se emitirían con condiciones más costosas. Esto, según él, elevaría el coste de refinanciar deuda que vence, lo que podría disparar el gasto en intereses en el futuro.
  • Riera estima que en 2025 se producirá un aumento de 7.000 millones en intereses, cifra que equipara al gasto público habitual en vivienda social.
  • Además, apunta que los ingresos del Estado están creciendo (cita un 6,5 %), pero considera que no serían suficientes para hacer frente a los vencimientos y al pago de intereses si continúa esta senda de endeudamiento.

¿Cuál es la realidad según fuentes oficiales?

Aunque las declaraciones de Riera recogen una fuerte preocupación, los datos del Banco de España muestran un panorama algo distinto:

  • Según su nota de prensa para el primer trimestre de 2025, la deuda pública de las administraciones públicas se situó en 1,668 billones de euros y supuso un 103,5 % del PIB. 
  • Esta cifra representa un crecimiento interanual del 3,3 %, según el propio Banco. 
  • Además, al cierre de 2024, la ratio deuda/PIB se redujo al 101,8 %, frente al 105 % que se había alcanzado en años anteriores. 
  • No obstante, la deuda en términos absolutos sí aumentó en 2024: se sumaron 46.143 millones de euros a las administraciones públicas. 

¿Qué hay detrás del discurso de Riera?

1. Coste de la deuda

  • Tiene razón al advertir sobre el encarecimiento de algunos nuevos préstamos: parte de la deuda que se refinancia puede estar enfrentando condiciones más duras, particularmente si los inversores exigen mayores tipos.
  • Aunque no todos los bonos se emiten a tipos altos, algunos vencimientos recientes podrían haberse reincorporado con intereses más elevados.

2. Proporción elevada pero con matices

  • Que la deuda supere el 100 % del PIB no es una novedad reciente ni exclusiva de España, aunque sí representa un nivel que exige prudencia.
  • La caída de la ratio en 2024 sugiere que parte del crecimiento económico ha amortiguado la carga relativa de la deuda.

3. Financieramente sostenible por ahora

  • A pesar del volumen elevado, no hay un impago inminente. La deuda pública española sigue siendo gestionable, aunque su coste futuro dependerá de cómo evolucione la tasa de interés, la refinanciación y la política de ingresos y gasto.
  • El crecimiento del PIB, una buena recaudación y la voluntad de refinanciar de forma responsable serán claves para evitar una espiral peligrosa.

 

El mensaje de José Ramón Riera no es un grito al vacío: pone el foco en riesgos reales, especialmente el coste creciente de la nueva deuda y la capacidad del Estado para sostenerlo. Sin embargo, sus cifras absolutas parecen sobredimensionadas respecto a los datos oficiales más recientes del Banco de España, que reflejan una deuda elevada pero no fuera de control inmediato.

Es un aviso valioso para el debate público: la economía española transita entre niveles elevados de endeudamiento y una moderación en la proporción sobre el PIB. La combinación de crecimiento económico, gestión prudente del Tesoro y políticas fiscales responsables será decisiva para determinar si esa “asfixia” anunciada se convierte en un problema estructural, o si, por el contrario, puede amortiguarse con una estrategia a medio plazo.