Huawei

El Gobierno cancela un contrato de 12,6 millones con Huawei por la presión de Estados Unidos

Huawei y Donald Trump

El Ejecutivo de Sánchez anula a última hora un acuerdo millonario con Huawei tras advertencias de la Administración Trump, según denuncia José Ramón Riera.

 

El Gobierno de Pedro Sánchez ha cancelado un contrato de 12,6 millones de euros con Huawei, una decisión que no responde a un cambio de estrategia propia, sino a la presión directa ejercida por Estados Unidos, concretamente por la Administración Trump. El movimiento, que apenas ha tenido eco en la prensa nacional, se produjo el pasado 31 de agosto, fecha límite marcada por Washington, según ha denunciado el economista José Ramón Riera.

Presión de Washington y giro forzado

De acuerdo con el análisis de Riera, la decisión del Ejecutivo refleja un grave problema de soberanía tecnológica y política exterior, al plegarse a las exigencias de un país tercero. El economista ironizó señalando que “Pedro Sánchez tuvo que ponerse los dodotis en la Moncloa”, en alusión al temor que habría llevado a la cancelación.

La advertencia de Estados Unidos fue clara: si España no rompía el contrato antes del 31 de agosto, “se atuviera a las consecuencias”. Finalmente, Moncloa cedió y anuló el acuerdo, que contaba con el respaldo de miembros del propio Gobierno y la influencia del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, según las mismas fuentes.

Silencio mediático y falta de explicaciones

Uno de los aspectos más llamativos ha sido el escaso eco mediático en España. La noticia apenas trascendió en medios internacionales como Euronews, lo que, según Riera, pone de manifiesto un intento de minimizar el alcance político de la marcha atrás.

“El problema no es tanto la cancelación en sí, sino que el Gobierno no ha dado ninguna explicación pública”, sostiene el economista, que acusa al presidente de “cobarde mayor del reino” por no admitir de manera clara las razones de la decisión.

Impacto en las relaciones internacionales

El movimiento no solo afecta a la política nacional. La relación con China se verá previsiblemente resentida, mientras que la dependencia de Washington se hace más evidente. Además, la industria tecnológica española pierde un contrato clave que podría haber impulsado la modernización de infraestructuras en el país.

Riera advierte de que este episodio demuestra la ausencia de una estrategia tecnológica propia y el sometimiento a presiones externas, lo que compromete la credibilidad internacional del Gobierno.