La crisis política y fiscal en Francia amenaza con golpear a España
Francia vive una de las semanas más tensas de su historia reciente. El primer ministro François Bayrou perdió este lunes la moción de confianza en la Asamblea Nacional con 194 votos a favor frente a 364 en contra, lo que precipitará su dimisión y abre un escenario de máxima incertidumbre política para el presidente Emmanuel Macron. Se trata del tercer jefe de Gobierno caído en menos de un año, síntoma de una crisis institucional que se suma a una delicada situación económica.
Déficit récord y deuda descontrolada
Francia cerró 2024 con un déficit público del 5,8% del PIB, muy por encima de los límites de Bruselas, y una deuda que ya roza el 113% del PIB, equivalente a más de 3 billones de euros. El plan de ajuste diseñado por Bayrou preveía recortes por valor de 43.800 millones de euros en 2026, con el objetivo de reducir el déficit al 4,8% y encaminarlo hacia el 2,8% en 2028.
Las medidas incluían congelación de pensiones y salarios públicos, recortes en sanidad y programas sociales, eliminación de festivos y la reducción del empleo público mediante la no sustitución de dos de cada tres jubilaciones. Una estrategia de austeridad que desató protestas sociales y finalmente contribuyó a la caída del Ejecutivo.
Pese a ello, las previsiones de la Comisión Europea son pesimistas: el déficit podría volver a situarse en el 5,7% en 2026 y la deuda superar el 118% del PIB, situando a Francia bajo la lupa de los mercados y de Bruselas.
España, en primera línea de riesgo
La fragilidad francesa no se queda al otro lado de los Pirineos. España mantiene una dependencia económica directa de su vecino galo:
- Exportaciones: Francia es el primer mercado exterior para España, con ventas de bienes y servicios por casi 60.000 millones de euros al año.
- Turismo: alrededor de 13 millones de franceses visitan España anualmente, lo que convierte al país en nuestro segundo emisor de turistas tras Reino Unido.
- Mercados financieros: un aumento de la prima de riesgo francesa podría contagiarse a la española, encareciendo la financiación pública y privada.
Una recesión en Francia tendría un impacto inmediato: menos compras de productos españoles, caída en la llegada de turistas y presiones añadidas en Bruselas para aplicar ajustes similares en nuestro país.
La advertencia del economista José Ramón Riera
El economista José Ramón Riera, en una reciente reflexión en su canal de YouTube, alertó de que la “bomba de relojería francesa” puede arrastrar a España si no se toman medidas preventivas. Según su análisis, el ajuste previsto por París no solo pone en riesgo el crecimiento interno, sino que afectará de lleno a los países más vinculados, con España a la cabeza.
Riera subraya que la combinación de estancamiento del PIB francés, deuda disparada y recortes en pensiones y salarios públicos puede desatar un círculo vicioso con consecuencias inmediatas en nuestras exportaciones, el turismo y la prima de riesgo. “Ojo, la que no se nos puede caer”, advierte, reclamando una vigilancia estrecha desde Madrid y una política económica que no cargue sobre los pensionistas el coste de la consolidación fiscal.
Una lección de anticipación para España
La crisis francesa es un aviso claro para la economía española, también altamente endeudada y con un déficit que sigue lejos de los objetivos de Bruselas. La experiencia gala demuestra la fragilidad de los equilibrios fiscales en un contexto de bajo crecimiento y elevada presión social.
Con Francia tambaleándose, España no solo debe prepararse para resistir el impacto comercial y turístico, sino también para afrontar la desconfianza de los mercados. Las próximas semanas serán decisivas para medir hasta qué punto la inestabilidad en París puede cruzar la frontera y convertirse en un nuevo desafío para Madrid.