El crecimiento económico de España se equipara al de la UE y aleja la imagen de “motor europeo”
España crece un 0,6 % en el primer trimestre de 2025, igual que la media de la Unión Europea y de la zona euro, y pierde el liderazgo que el Gobierno proclamaba
Los datos oficiales publicados por Eurostat sobre la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) real en el primer trimestre de 2025 revelan que España ya no lidera el crecimiento económico de Europa, como sostenía el Ejecutivo de Pedro Sánchez en meses anteriores. El país ha registrado un avance del 0,6 %, exactamente el mismo ritmo que la media de la Unión Europea y de la zona euro. En términos interanuales, el crecimiento español ha sido del 2,3 %, ligeramente inferior al 2,5 % de la eurozona.
Estos datos desmontan el discurso oficial que situaba a España como “la locomotora económica de Europa”. Países como Irlanda (44 %), Malta (6,9 %), Chipre (5,5 %) y Polonia presentan ritmos de crecimiento notablemente superiores. Incluso economías que parecían más estancadas, como Alemania (0,4 %), Italia (0,3 %) o Francia (0,1 %), comienzan a mostrar signos de estabilidad, aunque con cifras todavía moderadas.
Una desaceleración evidente
Más allá de las comparaciones, los indicadores apuntan a una desaceleración del crecimiento en España. El Banco de España ha rebajado su previsión de crecimiento para el conjunto del año al 2,3 %, y el Instituto de Estudios Fiscales (IEF) estima que el crecimiento en el segundo trimestre será solo del 0,4 %, la mitad del registrado en el mismo periodo del año anterior.
Entre los factores que podrían explicar esta ralentización figuran la caída en el ritmo de crecimiento del turismo, un déficit comercial de más de 15.000 millones de euros en el primer trimestre y una reducción de las exportaciones. A ello se suma la demora en la publicación de estadísticas clave, como las relativas al comercio exterior, cuya actualización correspondiente al mes de abril todavía no ha sido difundida por el Ministerio de Economía y Comercio.
Impacto de la inestabilidad política
Además del entorno económico, algunos analistas apuntan a un deterioro de la confianza empresarial debido a la incertidumbre política y los casos de corrupción que afectan a dirigentes del entorno del Gobierno. La percepción de inestabilidad puede estar afectando a las expectativas de inversión tanto nacional como extranjera.
Frente a esta coyuntura, las voces críticas con el Ejecutivo han redoblado sus exigencias de responsabilidad y cambios en la política económica. El relato del “milagro español” empieza a tambalearse en el marco de una Europa donde el crecimiento ya no encuentra una referencia clara en Madrid.
El informe de Eurostat marca un punto de inflexión en la narrativa económica del Gobierno, que tendrá que afrontar la segunda mitad del año con un panorama de enfriamiento del crecimiento y presión política creciente, a la espera de que los próximos datos ofrezcan una visión más clara del rumbo económico de España.