El coste laboral en España alcanza máximos históricos y amenaza al empleo

Empresas - jcomp
El coste laboral en España sube un 3% interanual y alcanza cifras récord. Las PYMES, que representan el 99,8% del tejido empresarial, advierten del riesgo de cierres y destrucción de empleo por la presión de salarios y cotizaciones sociales.

El coste laboral en España sigue batiendo récords y encendiendo las alarmas en el tejido productivo. Según la Encuesta Trimestral de Coste Laboral publicada por el INE, en el segundo trimestre de este año el gasto medio por trabajador alcanzó los 3.256,54 euros al mes, un 3% más que en 2024. El dato confirma una tendencia de presión creciente sobre las empresas, que deben afrontar salarios más elevados y unas cotizaciones sociales en continuo ascenso.

El incremento es desigual según los sectores, pero especialmente intenso en actividades profesionales (+6,5%), inmobiliarias (+5,6%), financieras (+4,7%) e información y comunicaciones (+4,6%). Ámbitos estratégicos que sostienen buena parte del empleo y la inversión en España.

Más allá de las cifras, la preocupación radica en la brecha con la inflación y la productividad. En el mismo periodo, el índice de precios al consumo creció en torno al 2,3%, es decir, casi dos puntos menos que los costes laborales. Y mientras los salarios y cargas aumentan, la productividad apenas se mueve, lo que erosiona la competitividad de las empresas españolas frente a sus socios europeos.

El economista José Ramón Riera, en su canal Si el Gobierno lo permite, advierte de un escenario de “círculo vicioso”: “Las pequeñas empresas no pueden trasladar el aumento de costes a los precios porque perderían clientes. Si lo hacen, alimentan la inflación, lo que a su vez presiona nuevas subidas salariales. Es un mecanismo perverso que ya está provocando el cierre de miles de micropymes”. Solo en los primeros siete meses del año, más de 19.000 empresas de menos de 50 trabajadores han desaparecido de la Seguridad Social.

La situación golpea con especial crudeza a las micropymes, que representan la mayoría del tejido empresarial. Según datos del Ministerio de Industria, en España apenas existen unas 6.000 grandes compañías de más de 500 empleados, frente a más de un millón de pequeñas y medianas empresas que generan el 62% del valor añadido y emplean al 66% de la población ocupada.

Las organizaciones empresariales insisten en que la escalada de cotizaciones sociales agrava el problema. Desde 2018, las aportaciones de las empresas a la Seguridad Social han crecido un 52%, lo que convierte al empleo formal en uno de los más caros de la Unión Europea.

Los expertos coinciden en que el debate no es si los salarios deben crecer, sino cómo hacerlo de manera sostenible. La falta de un pacto con patronales en las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha multiplicado los efectos sobre las empresas más pequeñas, que no encuentran margen para absorber el impacto.

La advertencia es clara: si las PYMES se debilitan, lo hará también la economía española. El Gobierno presume de récord de empleo, pero la mortalidad empresarial crece y amenaza con revertir ese avance. En palabras de Riera, “cargarnos la estructura de nuestras pequeñas empresas es preparar el camino para ir directos al hoyo”.