La consultoría española crece un 8,8 % y supera los 21.900 millones de euros
El sector se consolida como motor económico y tecnológico, con más de 285.000 profesionales, una fuerte apuesta por las tecnologías emergentes y previsiones positivas para 2025.
La consultoría española cerró el año 2024 con un crecimiento del 8,8 %, alcanzando unos ingresos globales de 21.982 millones de euros, según el último informe presentado por la Asociación Española de Empresas de Consultoría (AEC). Estos datos no solo superan el crecimiento del PIB nominal, sino que posicionan al sector como uno de los principales impulsores de la economía digital en España.
El estudio, titulado La consultoría española, el sector en cifras 2024, subraya el papel estratégico de las consultoras en la transformación de empresas y administraciones, así como su creciente peso en el mercado laboral y en la inversión tecnológica.
Un sector en expansión que prioriza la digitalización y el talento joven
Con más de 285.000 profesionales en plantilla —un 8,5 % más que en 2023—, las consultoras no solo están creando empleo, sino que destacan por ofrecerlo en sectores altamente cualificados. El 65 % de los nuevos profesionales proviene de disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), y más del 20 % de los contratos corresponden a primer empleo, lo que indica una fuerte vinculación con la inserción laboral juvenil.
El compromiso con la formación continua también es relevante: se invirtieron más de 102 millones de euros en capacitación, casi tres veces la media nacional, con una media de 30 horas formativas por empleado. La mayoría de estas horas se centraron en áreas como inteligencia artificial, big data y ciberseguridad, reflejando las prioridades del sector en el actual contexto tecnológico.
Tecnología avanzada y transformación empresarial
Cerca de un tercio de los ingresos del sector —unos 7.200 millones de euros— ya provienen de servicios relacionados con tecnologías avanzadas como cloud computing, automatización, IoT, blockchain o IA aplicada. Además, las consultoras invirtieron 1.230 millones de euros en innovación, una cifra muy por encima de la media empresarial española.
Estas cifras explican por qué las consultoras son hoy aliadas clave de las empresas que buscan adaptarse a entornos digitales, pero también de las administraciones públicas, que ya suponen el 17,2 % de la demanda total de servicios, solo por detrás del sector financiero (29,1 %).
Distribución sectorial: del banco a la fábrica
Los servicios financieros siguen siendo el principal cliente de la consultoría, pero otros sectores han ganado peso de forma notable. La distribución y el consumo representan ya el 10,3 % del total, una cifra que ha crecido desde el 3,8 % en apenas una década. Energía, telecomunicaciones, industria, transporte, sanidad o infraestructuras también cuentan con una presencia creciente en los servicios demandados.
Por tipo de actividad, el outsourcing representa el 46,9 % del volumen, seguido del desarrollo e integración de sistemas (32,5 %) y la consultoría estratégica (20,6 %).
2025: previsiones de crecimiento y retos pendientes
Para este año, la AEC estima un crecimiento del 6,7 %, impulsado por la demanda sostenida de soluciones digitales y el efecto tractor de los fondos europeos Next Generation. La correcta ejecución de estos fondos, junto con la colaboración público-privada, será clave para mantener el ritmo de transformación.
Sin embargo, el sector afronta también retos estructurales: mantener la competitividad en un entorno global, atraer y retener talento cualificado y garantizar la igualdad de oportunidades en un mercado marcado por la alta especialización. A pesar del aumento de la presencia femenina (32,6 %), la brecha de género sigue siendo un desafío.
Una voz destacada en el ecosistema digital
“La consultoría lidera no solo la transformación digital, sino también la creación de empleo de calidad y el desarrollo de talento joven”, ha afirmado José María Beneyto, presidente de la AEC, durante la presentación del informe. Para Beneyto, el sector es ya un “pilar estructural del nuevo modelo productivo”, y su evolución será decisiva para la competitividad de España en los próximos años.