CEIM y CREEX alertan del impacto económico y energético del cierre de la central nuclear de Almaraz

Visita de CEIM y Creex a Almaraz

Empresarios de Madrid y Extremadura reclaman un sistema energético mixto que combine renovables con energía nuclear, y advierten del riesgo de desmantelar una infraestructura clave para la estabilidad del suministro en la región centro de España.

La Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) y la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX) han alzado la voz este lunes desde la central nuclear de Almaraz para denunciar lo que consideran un “riesgo innecesario” para el sistema energético español: el cierre inminente de esta instalación estratégica. En una visita institucional que contó con la presencia de sus principales representantes, Miguel Garrido (CEIM) y Javier Peinado (CREEX), ambas organizaciones empresariales subrayaron la necesidad de replantear la política energética del Gobierno central ante un contexto de incertidumbre internacional y creciente demanda eléctrica.

Durante el encuentro, los empresarios reclamaron al Ejecutivo un cambio de rumbo que permita combinar la generación renovable con la energía nuclear, al igual que están haciendo la mayoría de países europeos. “No podemos permitirnos prescindir de fuentes de energía estables, seguras y limpias, especialmente tras episodios como el apagón eléctrico del 28 de abril, que puso en entredicho nuestra capacidad de garantizar el suministro”, señaló Miguel Garrido, presidente de CEIM.

Un 40% del suministro madrileño en juego

Uno de los principales argumentos del empresariado madrileño es el impacto directo que tendría el cierre de Almaraz sobre el suministro eléctrico de la Comunidad de Madrid. “Las centrales de Trillo y Almaraz suponen el 40% del suministro de Madrid. El cierre de Almaraz, que representa el 15%, pone en riesgo la estabilidad energética de una de las zonas con mayor demanda del país y que está viendo cómo proliferan instalaciones de alto consumo, como los centros de datos”, afirmó Garrido.

A esto se suma un posible encarecimiento del precio de la electricidad para hogares y pymes, estimado en un 23%, así como un incremento del 35% para la industria, según datos facilitados por ambas confederaciones. En términos medioambientales, alertan de que el fin de la actividad nuclear conllevaría una emisión adicional de 21 millones de toneladas de CO₂ al año, lo que supondría un aumento del 73% en las emisiones del sistema de generación eléctrica.

Imagen institucional anterior a la intervención de Miguel Garrido, presidente de CEIM

Fiscalidad, empleo y territorio

Otra de las claves abordadas durante la visita fue la necesidad de revisar la fiscalidad que soportan las centrales. “La presión fiscal sobre el sector nuclear se ha incrementado un 400% desde 2008 y un 50% más desde que se fijó el calendario de cierre en 2019”, denunciaron CEIM y CREEX. Esta carga, aseguran, pone en peligro la viabilidad económica de las instalaciones, por lo que instan a una reforma tanto de los tributos estatales como autonómicos.

En el plano económico y social, los datos son igualmente preocupantes. Según un informe de la consultora Metys, el cierre de Almaraz supondría la pérdida de 15.300 empleos a nivel nacional, 3.800 en Extremadura y más de 2.000 solo en Navalmoral de la Mata. El impacto económico se cifra en 124 millones de euros en la comarca y más de 200 millones en toda la región extremeña.

“Una decisión política, no técnica”

El secretario general de CREEX, Javier Peinado, lamentó que el cierre responda más a una decisión ideológica que a criterios técnicos. “La mayoría de países de nuestro entorno están ampliando la vida útil de sus centrales. Nosotros pedimos que se estudie lo mismo, incluso rebajando la tasa ENRESA para facilitar el desmantelamiento cuando llegue el momento adecuado”, señaló. “Cerrar una fuente de energía que garantiza el suministro y frenar proyectos industriales estratégicos en Extremadura es un sinsentido”, añadió.

Por su parte, el alcalde de Almaraz, Juan Antonio Díaz, subrayó la importancia de la central para el desarrollo rural: “Esto es empleo, futuro y oportunidades para nuestra gente. ¿Esta es la manera de luchar contra la despoblación?”, se preguntó con tono crítico.

Una llamada al diálogo institucional

Tanto CEIM como CREEX insistieron en la necesidad de abrir una vía de diálogo entre el Gobierno central, las comunidades autónomas y las compañías eléctricas para garantizar un modelo energético equilibrado, fiable y sostenible. “España no puede permitirse perder soberanía energética en un momento en que la electrificación de la economía va a exigir más suministro que nunca”, concluyeron los representantes empresariales.

La visita institucional a Almaraz ha reactivado el debate sobre el futuro energético de España y la necesidad de apostar por soluciones realistas y equilibradas que aseguren competitividad, sostenibilidad y cohesión territorial.