El Prado redescubre a Mengs con una gran exposición que reivindica al “creador” del Neoclasicismo
El Museo Nacional del Prado ha inaugurado una de sus grandes apuestas expositivas de la temporada: Antonio Rafael Mengs (1728–1779), una muestra que revisa en profundidad la obra, el pensamiento y el legado del pintor considerado el padre del Neoclasicismo.
Organizada con el patrocinio de la Fundación BBVA, reúne 159 piezas procedentes de 25 instituciones internacionales, nueve españolas y diez colecciones privadas, lo que da dimensión del peso europeo del artista.
Un recorrido excepcional por la vida y obra del maestro alemán
Dividida en diez secciones temáticas, la exposición permite seguir la evolución del artista desde sus primeros años de formación en Dresde y Roma hasta su ascenso como pintor de cámara de Carlos III. El visitante puede apreciar tanto sus aportaciones técnicas y estéticas como su influencia intelectual en los círculos ilustrados.
Entre las piezas más destacadas figuran Lamentación sobre Cristo muerto, procedente de la Galería de las Colecciones Reales; Júpiter y Ganimedes, del Palazzo Barberini de Roma; y Octavio y Cleopatra, cedida por la National Trust Collection del Reino Unido. Obras que no solo enriquecen el discurso curatorial, sino que permiten entender la dimensión europea de su figura.
Mengs y el “bello ideal”: claves del nacimiento del Neoclasicismo
La exposición profundiza en el concepto de “bello ideal”, núcleo de la teoría artística de Mengs, que inspiró a generaciones posteriores de pintores y escultores. Su búsqueda de la perfección clásica y la recuperación de la estética de Rafael y Correggio marcaron un antes y un después en el arte de su tiempo.
Secciones como El permanente reto a Rafael muestran cómo el artista dialogó —y compitió— con los grandes maestros del Renacimiento, mientras que Roma, caput mundi analiza la influencia de la ciudad eterna en su pensamiento, su estilo y su concepción del arte como vehículo de conocimiento.
Relaciones, rupturas e influencias que marcaron una época
Uno de los capítulos más llamativos de la muestra se centra en la compleja relación de Mengs con el arqueólogo y teórico Johann Joachim Winckelmann. La sección El final de su relación con Winckelmann narra la fractura entre ambos tras la polémica falsificación del fresco Júpiter y Ganimedes, un episodio que marcó a dos de las figuras intelectuales más influyentes del siglo XVIII.
El respaldo de Carlos III y la proyección de un artista europeo
La exposición dedica un apartado esencial al mecenazgo del rey Carlos III, cuyo apoyo permitió a Mengs desarrollar algunos de sus trabajos más ambiciosos. Entre ellos destacan los frescos del Palacio Real de Madrid, piezas clave en la sección Las grandes obras: la pintura mural.
Asimismo, Mengs, intérprete de la nueva devoción ilustrada revisa su producción religiosa, influida por Rafael, Correggio, Guido Reni y Velázquez, y que supuso un punto de inflexión en la iconografía de la época.
Un legado que alcanza a Goya y Canova
El recorrido culmina con El legado de Mengs, donde se examina la huella que dejó en artistas posteriores, entre ellos Antonio Canova o Francisco de Goya, quien asumió parte de su ideal estético en su primera etapa.
La muestra, que podrá visitarse del 25 de noviembre de 2025 al 1 de marzo de 2026, invita a redescubrir a una figura decisiva del arte europeo cuya influencia sigue viva dos siglos después.