Ricardo Fuente Asensio: primer director de la Hemeroteca Municipal de Madrid
Ricardo Fuente Asensio nació en Madrid en 1866 y murió en Madrid en 1925. Escribió artículos en el semanario librepensador “La Universidad” (una de las publicaciones fundadas por el literato y empresario teatral Luis París y Zejín.), en “El Radical”, “El Mediodía”, “El Intransigente” (diario republicano, muy efímero, que se editó en Madrid en 1907. Su director fue Alejandro Lerroux) , “Germinal” (fundada en 1897. Esta revista nació con la intención de reunir a intelectuales con nuevas sensibilidades libertarias. Se ha llegado a considerar como la primera revista pre-noventayochista ,o incluso la primera de la generación del 98), “La Democracia Social” (que fundó Ricardo Fuente con Joaquín Dicenta y otros literatos. En sus páginas escribieron varios autores del naturalismo), “El Mediodía”, en el diario “El País”, del que fue redactor jefe y durante un tiempo director y en “El Correo Español” (periódico Carlista editado entre 1888 y 1921).
En 1890 se fue a vivir a París, y allí fue director de la editorial Garnier, donde se publicó en 1895 - coordinado por Elías Zerolo, Miguel del Toro y Gómez y Emiliano Isaza - el Diccionario Enciclopédico de la Lengua Castellana.
Fue uno de los más importante bibliófilos de su tiempo y asiduo a varias de las más concurridas tertulias que se celebraban en los cafés de la villa; en algunas de ellas coincidía con Antonio Asenjo (que cuando ejercía como ordenanza de un periódico se produjo un gran incendio en el Rastro madrileño y como no tenían a ningún periodista para cubrir la noticia recurrieron a él. La cubrió con tanto ingenio que automáticamente fue ascendido a redactor y siguió prosperando de tal modo que tras la muerte de Ricardo Fuente fue nombrado director de la Hemeroteca Municipal de Madrid), Manuel Machado (con el que trabajó mano a mano en diferentes proyectos y fue su sucesor en el cargo de director de la Biblioteca. Fundaron juntos la revista “Biblioteca, Archivo y Museo”), Enrique Ruiz de la Serna, Ramón Chíes y Gómez de Riofranco, Manuel Matoses, José María Carretero Novillo (El Caballero Audaz), Alejandro Larrubiera (periodista, dramaturgo y novelista madrileño que firmó con el seudónimo de Juan Sainete), Rafael Delorme, Eduardo Zamacois, Ernesto López Fernández ( firmaba con el seudónimo de Claudio Frollo), Julio Nombela (periodista y dramaturgo nacido en Madrid en 1836. Fue amigo de Gustavo Adolfo Bécquer. Firmaba con el seudónimo “El vizconde de la Esperanza”), Vicente Colorado y Martínez, Alejandro Sawa, Ernesto Bark, Pío Baroja o Valle-Inclán entre otros. Fue también fundador de la Biblioteca Literaria Circulante, que comenzó su labor con un fondo de dos mil volúmenes que se destinaban a un servicio de lectura y préstamo de libros. Ricardo Fuente donó a esta biblioteca muchísimos volúmenes y un importante número de documentos e incluso libros autografiados por algunos de los más célebres escritores contemporáneos. También fue uno de los fundadores de la Asociación de la Prensa de Madrid y el primer director de la Hemeroteca Municipal de Madrid (su creación fue propuesta en el Pleno del Ayuntamiento el 25 de agosto de 1916 por el alcalde Martín Rosales, duque de Almodóvar del Valle. Se aprobó en el pleno municipal por unanimidad. Las obras comenzaron de modo inmediato y concluyeron dos años más tarde. Se inauguró el 18 de octubre de 1918 siendo alcalde Luis Garrido. Su primera localización se situó en la Casa de la Carnicería de la Plaza Mayor, trasladándose unos años más tarde a la Plaza de la Villa y en el año 1983 al Cuartel del Conde Duque). Ricardo Fuente fue además fundador con Alejandro Lerroux de la Federación Revolucionaria. Era, por lo tanto, un activo autor que frecuentó gran parte de los escenarios culturales y políticos de finales del XIX y de principios del XX.
Su empeño, capacidad de trabajo y entusiasmo le llevaron a ser uno de los artífices culturales más prolíficos de aquel viejo Madrid que acaparaba mundos inusitados, variados y diferentes. Ya en 1919 su dinamismo le llevó a adquirir para las bibliotecas públicas más de 130 cartas reales de los siglos XV, XVI y XVII que estaban en manos de particulares y de libreros de viejo. En 1920 se empeñó en adquirir libros infantiles para que en algunas bibliotecas establecidas en jardines pudieran ser leídos por niños que no tenían ninguna otra posibilidad de leer. En esos mismos años publicó diversos catálogos de las obras que adquiría.
Ricardo Fuente fue un ser humano lleno de ideas interesantes que hicieron posible que los mundos culturales de la villa se ensancharan de modo considerable.