Las mujeres periodistas y la Constitución. Las maestras veteranas, Josefina Carabias y Pilar Narvión
En los grandes sucesos que asolaron a nuestro país en los últimos meses, la DANA valenciana y los incendios forestales que redujeron a cenizas cientos de miles de hectáreas, comprobé cómo las principales noticias en los distintos medios corrían a cargo de periodistas femeninas. No es extraño. Si en mis comienzos profesionales, las mujeres eran una clara minoría, la incorporación de la mujer en tareas periodísticas fue rápida y espectacular, y han alcanzado, afortunadamente, la igualdad de sexos en la profesión.
Creo que esta presencia tuvo un comienzo destacado en los debates parlamentarios sobre la Constitución. Entonces yo era ya de los veteranos, porque comencé a trabajar en la información parlamentaria cuando era Presidente de las Cortes Esteban Bilbao, y tuve la suerte de ser uno de los cinco periodistas a los que se autorizó a informar sobre los debates en las Comisiones, hasta entonces vedadas en la información. En representación de cinco agencias informativas, conmigo fueron designados Antonio González Cavada, Rafael Chico, Antonio José González Muñiz y Juan Rodríguez Ruiz. Yo era el más joven, y quizá por ello el único superviviente, no creo que por mucho tiempo.
Poco a poco, se fue abriendo la presencia de más periodistas de otros medios. Y comenzaron a llegar las primeras periodistas, que cuando llegaron los debates constitucionales mostraron su gran profesionalidad. Quisiera que estas líneas sirvieran de recuerdo y elogio a su labor. Y hoy me voy a referir a dos veteranas, que fueron una especie de madres o hermanas mayores de las recién llegadas: Josefina Carabias y Pilar Narvión, ambas maestras indiscutibles.
De las dos, Josefina Carabias era la mayor, había nacido en 1908, y los debates de la Constitución debieron ser uno de sus últimos trabajos, ya que falleció en 1980. En su juventud, antes de nuestra guerra civil, había destacado como brillante reportera en diarios, semanarios y en Unión Radio, que después se convirtió en Radio Madrid. Fue de las primeras corresponsales en el extranjero, y sus crónicas desde Washington y París fueron antológicas. Era, además, una ejemplar entrevistadora. Sus entrevistas con Azaña, Baroja y Largo Caballero han quedado para la historia. Fue cronista de las Cortes Republicanas, y sus artículos sobre la Constitución en el diario “Ya” eran una delicia literaria y periodística. Tengo con ella una deuda especial. Yo tenía que tratar de resumir, lo mejor que podía, en televisión, los debates parlamentarios de horas en unos minutos, por lo que hablaba a la mayor velocidad posible, pero sin comerme una letra, y Josefina se asombraba de mi rapidez, y en una crónica llegó a llamarme “Portento” por primera y única vez en mi vida.. Pero no nos engañemos: la portentosa era ella.
Pilar Narvión era turolense, de Alcañiz, y como buena maña era tozuda en defensa de sus principios. De su vocación periodística da idea que con sólo trece años ya escribía en el semanario “Domingo”. Su ejecutoria profesional estaba unida al diario “Pueblo”, del que fue corresponsal en Roma Y París. Como caso único en la Historia, fue la única corresponsal que se alojaba en un convento de monjas. En los años de debates constitucionales era, además de cronista, subdirectora del periódico, y para las periodistas jóvenes era tutora, compañera y, en ocasiones, paño de lágrimas. Se jubiló para vivir en Andalucía, y murió a los 91 años, tras una vida ejemplar.
Me gustaría, aunque fuera por unos instantes, transformar mis palabras en flores, y ponerlas a los pies de estas grandes periodistas, como un homenaje permanente de admiración y cariño.