Lucía Solla Sobral y su novela "Comerás flores"
Con la vuelta a la rutina tras el periodo estival y la llegada del otoño, el sector editorial vive su época de máximo esplendor. Las librerías están llenas de novedades, los mejores premios se otorgan también en esta época y todas las semanas encontramos presentaciones y talleres de lectura con libros interesantes. Entre todos ellos escogí “Comerás Flores” de Lucía Solla Sobral gracias a la recomendación de una fantástica librera de la Librería Cervantes en Madrid. Siendo su editorial Libros del Asteroide (una de mis favoritas) ya sabía que no corría ningún riesgo.
Coincidió que unos días después la autora presentaba el libro en Pérgamo, allí fui a conocerla y cual fue mi sorpresa cuando no pude entrar porque no cabía un alma lectora más en la calle General Oraá. No sabía del éxito de Lucía en aquel momento pero gracias a la insistencia de una buena amiga volví a conocerla tras la presentación y de ahí ha nacido este artículo.
No me sorprenden las buenas críticas que está recibiendo la novela y la forma de abordarla que tiene Lucía. Ella tiene una sensibilidad especial para tratar un tema tan complejo como el denominado maltrato de baja intensidad. En la novela, Marina, recién licenciada y que acaba de perder a su padre, conoce a Jaime, veinte años mayor que ella y que al principio consigue que su relación sea lo más parecido a las famosas películas de Disney que, por desgracia, han marcado las expectativas románticas de varias generaciones. Con un lenguaje onírico, sencillo y una escritura ejecutada a la perfección, la autora consigue hacernos transitar por un año en la relación de esta pareja, en la que Marina pasa de comer flores a ortigas de forma bastante abrupta. Especialmente llamativo me ha parecido el papel del entorno de ella, al que Jaime tiene absolutamente conquistado y no consiguen ni siquiera intuir lo que de verdad está ocurriendo.
A mi parecer, es mejor emprender esta lectura sin mucha más información; ahora os dejo directamente la entrevista que he tenido la suerte de poder hacerle a Lucía.
1.- En los agradecimientos de tu novela explicas que nació de dos párrafos en un taller de escritura creativa, ¿cómo conseguiste desarrollar la historia?, ¿tienes algún método para escribir?
Mi único método es escribir cuando tengo tiempo y solo si me apetece. Nunca me he forzado, nunca me he obligado a hacerlo. Mi día está lleno de obligaciones, así que para mí el tiempo de escritura es un tiempo feliz y solo desde ahí tiene sentido hacerlo. El taller de Marta Jiménez Serrano, entre otras cosas, me ayudó a pensar en la trama y a desarrollarla consolidando la técnica.
2.- Para mi lo más interesante de la historia de amor entre Marina y Jaime es que aborda una cuestión que no es tan visible en la sociedad como es el maltrato psicológico, ¿qué mensaje querías transmitir a la hora de abordar esta relación?
Quería poner palabras a lo que apenas es perceptible y que nos cuesta tanto contar. Escribir sobre un tema todavía muy silenciado, poco visible en los medios y que incluso se banaliza. Nos suelen decir que no es para tanto o pero si no te tocó o ¿y por qué seguías con él? Hablar de violencias apenas visibles o cuyas primeras señales son, algunas, socialmente aceptadas era un reto y, para mí, una necesidad.
3.- También me ha gustado mucho la exposición desde ese momento inicial en el que todo le parece idílico a Marina, en el que le parece que literalmente está comiendo flores, hasta que es capaz de reconocer lo que está ocurriendo, ¿crees que se debe a su situación de especial vulnerabilidad o nadie está a salvo de verse inmerso en esas situaciones?
Nadie está a salvo de vivir una situación así. Todas las personas, en algún momento de nuestra vida, pasamos por momentos de vulnerabilidad y podemos conocer a una persona que se aproveche de nuestro estado emocional. Dependerá de nuestra experiencia y de nuestra capacidad para no pasar por alto las advertencias (propias o de nuestro círculo). Cuanto más jóvenes, más probabilidades tenemos, pero por desgracia es algo que puede pasar con veinte años, treinta o sesenta. Creer que es solo es cuestión de edad, de clase o de formación, no solo es irresponsable sino que revictimiza a todas las mujeres que sufren o han sufrido violencia de género. Y es muy importante hablar de eso: no existe un perfil único de víctima, existen factores de vulnerabilidad y de riesgo.
4.- Los dos personajes principales están perfilados con gran detalle, Jaime también tiene una hija prácticamente de la misma edad que su pareja lo que hace todavía más escalofriante la historia, ¿en qué te basaste para crearlo?, ¿crees que sigue habiendo mucha hipocresía con el machismo y estas situaciones en la actualidad?
Necesitaba un personaje que consolidase la relación entre Marina y Jaime cuando Marina podía empezar a sospechar que algo no iba bien. Ahí entra Jimena que, además de tener la misma edad que la protagonista y ser casi como un espejo, valida y refuerza la historia de Jaime.
Por supuesto, hay mucha hipocresía, mucho machismo en la visión que tenemos. No es tan raro ver a un hombre con una chica veinte años menor que él, pero sí que una mujer esté con un chico veinte años menor. Ellos, en cualquier de los dos casos, están reforzando su masculinidad, su éxito, su poder. Ellas son objeto de crítica y burla, están subvirtiendo los roles de género tradicionales.
5.- Querría preguntarte si crees que el éxito de la novela puede deberse a las mujeres que se hayan podido sentir identificadas y si es así, si podrías aconsejarles algo para evitar este tipo de relaciones o, por lo menos, aprender a identificarlas.
Creo que se han juntado algunos factores: la portada, el título, las redes sociales, el boca a boca... Y una vez dentro, la propia historia de Marina conmueve porque la mayoría o se siente identificada con ella o con su amiga Diana. O lo hemos vivido desde dentro o a un lado esperando a nuestra amiga.
Lo mejor para identificar las señales de una relación tóxica o de maltrato es tener muy claros los comportamientos habituales: el control, los celos, el aislamiento, la dependencia, la ley del hielo o el silencio como castigo… Para evitarlas, es importante que definamos nuestros límites antes de vincularnos con alguien, que identifiquemos todo aquello que no negociaríamos: la honestidad, el respeto, mantener nuestra independencia…. Y, por supuesto, es fundamental tratar de tener una red de apoyo formada por esas personas a las que poder contar cualquier cosa o pedir ayuda si lo necesitamos.
Muchas gracias por leerme pero sobre todo leed “Comerás flores” de Lucía Solla Sobral porque trata un tema que deberíamos tener todos interiorizado como sociedad y porque es una magnífica novela con la que no sólo disfrutarás sino que también aprenderás.