Metrovacesa impulsa el debate sobre urbanismo sostenible y defiende la innovación y la participación ciudadana
Madrid acogió este 30 de septiembre el foro “Hacia un nuevo modelo de desarrollo urbano sostenible”, organizado por Expansión y El Mundo y promovido por Metrovacesa, en el que se dieron cita representantes institucionales, expertos internacionales, gestores de inversión y profesionales del sector. El objetivo: reflexionar sobre los retos y oportunidades del urbanismo del futuro en un contexto marcado por la innovación, la sostenibilidad y la participación ciudadana.
En la apertura, Ignacio Moreno, presidente de Metrovacesa, subrayó que el desarrollo urbano sostenible “ya no es una cuestión puntual o coyuntural, sino un desafío estructural que condiciona la calidad de vida, la competitividad económica y la cohesión social de nuestro país”. Moreno reivindicó además la colaboración público-privada y pidió a las administraciones liberar suelo de forma ágil para facilitar un modelo urbano más inclusivo y equilibrado.
Por su parte, el consejero delegado, Jorge Pérez de Leza, insistió en que “el verdadero reto no es el planeamiento en sí mismo, sino convertirlo en proyectos efectivos, capaces de dar respuesta con rapidez y solvencia a la demanda de vivienda”. Defendió que la sostenibilidad debe ser “un proceso medible y exigente, basado en innovación, participación ciudadana y visión de largo plazo”, y remarcó que este modelo exige “visión compartida, acción inmediata, colaboración público-privada, planificación coherente e inversión responsable”.
El foro contó con varias mesas de debate en las que se analizaron las políticas regionales de urbanismo y vivienda, las experiencias de regeneración urbana y las claves para atraer talento e inversión a las ciudades. Expertos como Sara Emma Aranda Plaza (Comunidad de Madrid), Francisco Ortega (Generalitat Valenciana) y Xavier Rehues (Generalitat de Catalunya) coincidieron en la necesidad de agilizar la normativa urbanística y reforzar la cooperación entre administraciones y empresas.
En otra de las mesas, arquitectos como Enric Batlle o Juan Herreros, junto con representantes de BREEAM y Metrovacesa, presentaron casos de regeneración de suelos industriales y recuperación de patrimonio, defendiendo que el urbanismo debe custodiar la memoria de las ciudades al tiempo que proyecta su futuro. Subrayaron que la participación ciudadana es clave para alcanzar una verdadera sostenibilidad social, económica y medioambiental.
El enfoque internacional llegó con Maki Kawaguchi (CBRE + Streetsese Continental Europe), que advirtió que la competencia global por el talento y la inversión se libra entre ciudades, y que factores como la innovación, la calidad de vida o el acceso a la vivienda serán determinantes para posicionarse en el nuevo mapa urbano.
En la clausura, inversores y gestores coincidieron en que la rentabilidad de los proyectos no puede desligarse del impacto social y ambiental, poniendo como ejemplo los proyectos de alquiler asequible, regeneración urbana y nuevos modelos habitacionales. El consenso fue claro: el urbanismo del futuro deberá apostar por ciudades sostenibles, versátiles y capaces de atraer talento, inversión y cohesión social.